Tres muertes que salpican a la causa judicial que intentó enterrar a los Cuadernos de la corrupción.

Horas atrás, Marcelo D´alessio aseguró que lo podrían asesinar en la cárcel de Ezeiza. Los sangrientos antecedentes de la causa Dolores.

Investigación 21/03/2023 Luis Gasulla Luis Gasulla

Marcelo Dalessio está convencido que el próximo será él. Desde el penal de Ezeiza, teme por su vida y exige llegar vivo al juicio oral y público sin fecha confirmada. Entrevistado por este periodista vía telefónica, el único detenido de la causa judicial conocida como "Dolores" se quiebra al mencionar el nombre del fiscal asesinado que denunció a Cristina Kirchner: "No quiero ser el nuevo Nisman". Para el procesado por intento de extorsión a un supuesto empresario agropecuario, Pedro Etchebest, "en la cárcel saben que mi cabeza tiene precio". 

Las declaraciones del falso agente de la DEA parecen de película y, según los trolls K, delirantes. Pero al analizar las investigaciones policiales que salpican a la causa Dolores, no tienen un mínimo de locura. 

El día de la primavera del 2021, en medio de la pandemia, Carlos Liñani apareció muerto en su departamento. El gas estaba abierto y todas las aberturas selladas. El caso se cerró raudamente como suicidio. Horas atrás, Liñani había dejado enigmáticos mensajes en su facebook personal y subido unas fotografias con su amigo del alma: Norberto Oyarbide, uno de los jueces más corruptos de la historia reciente argentina. 

En Erase una vez en Argentina, anteúltimo libro en el que investigo las causas armadas por el kirchnerismo, Liñani era un personaje clave que había estado presente en el armado de la "Operación Puf" por abogados vinculados con los ex funcionarios de la corrupción de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. 

El 19 de enero de este año, Eduardo Menchi también apareció muerto en su departamento con un disparo en la cabeza. Según el acta de defunción, la muerte fue constatada por el médico forense Héctor Enrique Di Salvo. Lo enterraron en el cementerio de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires. Nadie se hizo preguntas claves ni vinculó ambas muertes. Solo este periodista se animó a enlazar ambos hechos.

Menchi estaba procesado desde mediados del 2019 por el juez Alejo Ramos Padilla, una estrella para el gobierno nacional que se refirió, en el Congreso de la Nación, a Amado Boudou como un "preso político". Ramos Padilla está asociado con los derechos humanos pero el único detenido por la investigación que lo colocó en boca de todos a Padilla -hijo- lo denunció como un torturador: "Delante de él me estamparon el celular en la cara para que lo desbloqueara, me tuvieron un año incomunicado, es un torturador". 

Cuando anuncié la muerte de Menchi en redes sociales, oficiaba de chofer de Dalessio y conocía quien era realmente Etchebest, fuentes judiciales me advirtieron: "No fue el segundo asesinato sino el tercero de la causa". 

Algunos operadores devenidos en "investigadores" aseguraron que la tercer muerte que rodeaba al caso era la de Natacha Jaitt. No es así. 

El nombre que nadie menciona es el de Diego Xavier Guastini, asesinado el 28 de octubre del 2019. Es la primera muerte que rodea la causa Dolores pero nadie la asoció a la causa. Hasta hoy. Guastini conocía a Liñani y a Menchi. Junto con Dalessio estuvieron en un cafe a fines del 2018 hablando de bueyes perdidos... Qué sabían los involucrados que hoy están muertos excepto el procesado Dalessio?

Guastini fue acribillado a pocos metros de la municidad de Quilmes. A plena luz del día. Vinculado con los servicios de inteligencia, el asesinado Guastini conocía el manejo de los capos narcos que operaron en la Argentina de la "década ganada". En esas causas judiciales aparecía declarando como un arrepentido con "identidad reservada". Pero no estaba tan reservado su nombre...

Intervino como arrepentido en la causa que investigó lavado de activos en el clan Loza,liderada por Carlos Sein Atachahua Espinoza. También decía contar con información sobre los "Leones Blancos", operativo realizado por las fuerzas de seguridad bonaerense en el que se secuestraron 600 kilos de cocaína en el año 2013. La causa cobra notoriedad, una década después por las denuncias públicas de la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado. Alli aparecia el suspendido fiscal Claudio Scapolan.

Todo tiene que ver con todo.
 
Guastini podía saber donde estaba o que paso con el financista Hugo Díaz, visto por ultima vez el 9 de marzo del 2015 en la oficina de Florida 520 de un tal... Guastini.
 Los miedos de Dalessio no son irreales.

En las cloacas de la democracia, tal como señala el Vacunado vip Eduardo "Puf" Valdes, vale todo...

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