Kicillof va a gastar casi 100 millones de pesos en imprimir libros del Papa Francisco para darlo en las escuelas

De hacerlos leer novelas sexuales como "Cometierra" a darles lecturas del Papa Francisco.

Política18 de septiembre de 2025 Abigail Luna

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En agosto, unos meses después del fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio, el gobernador de provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y su ministro de Educación, Alberto Sileoni, presentaron el libro "El Maestro. El Humanismo del Papa Francisco", un material pensado para ser distribuido en las escuelas. "No se trata de un homenaje, sino una decisión de política educativa", adelantaba Kicillof en un acto de La Plata.

"Francisco se refería al ajuste en materia educativa como un suicidio programado contra la sociedad; sostenía que los recortes no buscan realmente un superávit fiscal, sino que su objetivo real es ejecutar un programa en contra de los intereses del pueblo", apuntaba, en otro tramo de su discurso, contra el presidente Javier Milei aunque sin mencionarlo.

Un mes después, a través de la Dirección General de Cultura y Educación, el gobierno de Kicillof elevó una licitación para imprimir 17.000 libros de los anteriormente mencionados para enviarlos a las escuelas y divulgar la palabra del sumo pontífice fallecido. La impresión de los ejemplares de 166 páginas costará unos $99.110.000,00, según el presupuesto estimado de la licitación en etapa de apertura. Dejándolos a un accesible y modesto costo de $5.830 por unidad. 

Ahora, las escuelas públicas, que deberían ser laicas, se encargarán de enseñar y distribuir material religioso, algo que algunos padres bonaerenses no recibieron bien. "Me genera cierta preocupación que desde el Estado se promueva la distribución masiva de un libro sobre el Papa Francisco en todas las escuelas públicas de la Provincia. ¿No se supone que la escuela pública es laica? ¿Por qué entonces introducir contenidos religiosos —aunque sean a través de la figura de una personalidad destacada como Francisco— en el ámbito educativo estatal?", describe un comentario vía Facebook que recibió el ministro de Educación.

Además de los cuestionamientos, también resulta peculiar que, desde las mismas instituciones donde se divulgaban libros con expresiones tales como "sacó su pija por encima del bóxer y me la acercó a la boca" o "apoyó el hueco de su concha en la punta de la mía y empezó a moverse adelante y atrás" (Cometierra - Dolores Reyes); ahora convoque a leer libros con la palabra de Bergoglio. 

Como si esto no hubiera pasado, hoy el presente marca otra línea donde Kicillof pretende olvidar su acercamiento a la pornografía literaria disfrazada de educación sexual, y acercar a los niños a la lectura teológica.

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