ALEJANDRO ROMAY, VIDA y OBRA DEL EMPRESARIO QUE ERA EL ZAR DE LA TELEVISION.

Alejandro Argentino Saúl era su verdadero nombre, nació en San Miguel de Tucumán en el seno de una familia numerosa de inmigrantes turcos.

Espectáculos04/10/2024Ariel LugoAriel Lugo
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Nacido el 20 de enero de 1927, si bien el origen de su apellido artístico se lo suele adjudicar a un ex jugador de independiente, en realidad surgiría de una derivación de su verdadero apellido familiar. El entonces joven Alejandro descubriría su vocación imitando relatos de futbol en la escuela, por lo que ni bien finalizó sus estudios se iniciaría como locutor en LV7 de Tucumán, mientras trabajaba en un ingenio azucarero y realizando changas diversas para poder sobrevivir.

Gracias a un contacto que lo acerca a radio Rivadavia en Buenos Aires, inicia definitivamente su legendaria trayectoria en los medios. Fue director de radio libertad, la cual luego sería radio del Plata, del Teatro Nacional y del Teatro Argentino. Al finalizar el año 1963 se convertiría en el director del canal 9, al cual le cambiaría el nombre a canal 9 libertad. 

De ese canal, su canal, seria sacado a punta de revolver y él dijo en su libro de memorias, “pese a todo y a todos, recuperé canal 9 que me pertenecía por prepotencia de trabajo… pero eso costó mucho, ya que como era de esperar el siniestro mucamo que habíamos conocido en puerta de hierro, creador de la triple A, planeó para los medios un plan de trabajo, un día apareció en mi oficina sin anuncio previo”.

El por entonces presidente del comité federal de radiodifusión, dando lectura a un decreto del gobierno mediante el cual anunciaban que el canal quedaba intervenido por orden de presidencia de la nación, además dos de sus teatros serian incendiados, el Argentino en 1973, destruido por una bomba antes del estreno de la ópera rock Jesucristo superestar, y en 1982 el Nacional seria devorado por las llamas. 

Romay tuvo 7 teatros, 3 de su propiedad y 4 alquilados. Con 7 obras que fueron records de taquilla, por sus teatros además pasarían todas las grandes figuras, no descuido a ninguna de ellas, y por si esto fuera poco, si faltaba algún empleado el levantaba el telón o incluso cortaba tickets.

Sus muchas frases marcarían estilos de conducción, una vez harto de los conflictos con los que se encontraba todos los días, le gritó a un director del canal, “no quiero verlo nunca más… hasta que lo necesite”. 

Fue creador del ciclo “grandes valores del tango”, “almorzando con Mirtha legrand”, “sábados para la bondad” y “feliz domingo para la juventud”. Además de su cabeza saldrían sucesos tales como “alta comedia”, “la extraña dama” y “más allá del horizonte”.  

Romay a lo largo de su trayectoria ganó mucho dinero en el mundo de los medios, pero también perdió mucho, lo estafaron, hasta le secuestraron un hijo. Ha sido insultado, fue incluso objeto de burla y lo tildaron además de chabacano. Sin embargo, marcó una era dorada del espectáculo nacional, amó a sus actores, impulsó desde su canal la ficción.

Impulsó un estilo marca registrada a la hora de comunicar noticias y a la vez brindar entretenimiento, como con aquellas notas inolvidables en el noticiero nuevediario con José de Zer, quien buscaba extraterrestres, gnomos y fenómenos paranormales, haciendo 50 puntos de rating.  

“Para muchos, yo había sido un tipo desafiante, excesivo, egocéntrico, vanidoso y paternalista y ¡sí! Fui todo eso, pero también sé que fui un trabajador obsesivo y empecinado, que volqué todas mis energías a la producción local y que anduve siempre con las manos abiertas para dar trabajo a mucha gente en una industria como la del entretenimiento, la cual necesita del riesgo, de la aventura creativa y de una mano firme para poder llevarla a cabo”, esto dicho por el propio Romay en su autobiografía “memorizar”. 

El 7 de diciembre de 1997 antes de entregar su canal 9, a los nuevos dueños, un grupo australiano, según cuenta su hija Viviana Romay, “la noche anterior fue dura, emotiva, habíamos trabajado mucho, y con la entereza que lo caracterizaba, deseó buenos augurios para los que entraban”.

Alguna vez, Patricia Palmer, dijo “daba unos discursos larguísimos, podía hablar una hora y media sin parar y si estabas atento, había cinco minutos que te servían para toda la vida”. Arturo Puig recuerda, “él fue quien me descubrió, Romay se había peleado con Mirtha Legrand, así que cuando me invitaron a uno de los almuerzos estaba conduciendo Orlando Marconi y toda la plana mayor estaba viendo el programa, al terminar la emisión me llamó y me dijo, lo quiero contratar, así nació Carmiña, que fue un éxito rotundo e impulso mi carrera hacia la popularidad”. 

Fue descubridor de Natalia Oreiro, ella misma lo confirma, “entré a canal 9 haciendo una participación en Alta comedia, donde solo decía que lindo espejo en una escena con Dario Vittori, luego estuve en Inconquistable corazón, pero sin tener letra al principio, yo me pintaba y gesticulaba de fondo, era relleno, sabía que alguien me vería y me iba a dar una oportunidad. Con lo que ganaba de esos bolos me alquilaba una pieza, pero como Alejandro veía las novelas con las empleadas de su casa, ellas le decían que les gustaba y que no, finalmente me dio un papel con letra, creo que le guste tanto a él como a ellas”.

El zar de la televisión argentina falleció el 25 de junio de 2015 a los 88 años, con él se iba toda una época de esplendor del espectáculo argentino, don Alejandro fue sin dudas un fuera de serie.

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