Los Moyano le bloquearon la empresa, pero resiste: "No quiero que se la coman"

Se trata de Química Oeste, cuya planta se encuentra en el partido bonaerense de Esteban Echeverría. PeriodismoyPunto habló con su dueño, quien aseguró que hasta el momento no tuvo noticias del Ministerio de Trabajo.

Entrevistas 11/05/2021 Alejandro Cabrera Alejandro Cabrera
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El sindicato de Camioneros bloqueó este lunes la planta de la empresa Química Oeste, ubicada en el partido bonaerense de Esteban Echeverría, para exigir que tres de los 60 empleados que tiene la firma dejen de pertenecer al sindicato de Comercio para pasar al gremio que conducen Hugo y Pablo Moyano, dado que parte de sus actividades incluyen el manejo de camiones.

Sin embargo, Ignacio Dos Reis –su dueño– resiste a la extorsión y espera que la Justicia actúe para que la situación se normalice. «No quiero que se coman la empresa», dijo este martes a PeriodismoyPunto.

Química Oeste es una empresa familiar, que desde hace 64 años se dedica a la provisión de insumos químicos a industrias como las de alimentación, la energía y la salud. Como consecuencia del bloqueo, que comenzó cerca de las 7.30 del lunes, no pudo distribuir la mercadería entre sus clientes –algunos muy importantes– que, a su vez, en algunos casos debieron parar sus producciones.

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No es la primera vez que la firma tiene problemas con el sindicato de los Moyano. Años atrás, enfrentó un reclamo similar. «En ese momento la empresa cedió, habló con los empleados y los empleados pasaron al sindicato de Camioneros. Fue así, precisamente, para evitar el bloqueo. Cedimos, que no es lo que quiero hacer ahora», explicó Dos Reis a este portal.

Actualmente, seis de los 60 trabajadores de la empresa están afiliados a Camioneros. Con tres más, que busca conseguir mediante esta maniobra extorsiva, el sindicato podría participar en el cuerpo interno de delegados.

–¿Qué implica que el sindicato de Camioneros logre participación en el cuerpo interno de delegados?

–Implica que hoy pidan esto y después pidan más, más y más. Conozco empresas que se las fueron comiendo. Los tipos después piden plata, piden un camión para las movilizaciones, y cuando cediste a la extorsión después te siguen pidiendo, pidiendo y pidiendo. Porque saben que te bloquean y después consiguen lo que quieren, porque uno ante el bloqueo cede. Eso no quiero, Que los tipos no se coman la empresa. Que no se la queden ellos.

Cabe destacar, Química Oeste denunció la situación ante la fiscalía de Esteban Echeverría pero el bloqueo continúa. La situación es inédita para la firma, ya que nunca en su historia se vio imposibilitada de abastecer a sus clientes.

–¿Cómo fueron las charlas previas al bloqueo?

–Primero, en tono cordial y siempre con nuestro abogado laboralista. Hasta que se recontra calentaron (sic) y dijeron «vos tenés que pasar tres a Camioneros». Ahí, directamente, nos mandaron a la mierda porque supuestamente les estábamos metiendo el dedo en el culo y los hacíamos quedar mal en las redes sociales. Desde entonces, se cortaron las comunicaciones y nos advirtieron que tendríamos noticias suyas. La semana pasada, aparecieron diciendo que iban a tomar una acción directa. Y el lunes, empezaron con el bloqueo.

–¿Recibieron algún tipo de apoyo por parte del Ministerio de Trabajo o el Municipio de Esteban Echeverría?

–Del Ministerio de Trabajo todavía no sabemos nada. Del Municipio, ayer me llamó el intendente Fernando Gray y se puso a disposición. Pero ellos no pueden hacer mucho. Hoy la planta sigue bloqueada y los camiones no pueden salir.

–Tengo entendido que a lo largo de la pandemia, y a pesar de que el depósito de la fábrica se incendió poco antes de que empezara la cuarentena en la Argentina, no sólo lograron recomponerla sino también cumplir con los sueldos de sus empleados. ¿Qué sienten al tener que enfrentarse ahora con este tipo de situaciones?

–Nosotros, en 64 años, no cerramos ni un día. Ni cuando falleció papá. En honor a él, seguimos laburando. Cuando fue lo del incendio, tampoco cerramos. Ahora está la planta a punto de inaugurarse de nuevo, quedó toda nueva en la parte que se siniestró. Y lo que sentimos con toda esta situación es impotencia, angustia. Que uno vive haciendo las cosas, apuesta por el país, tiene la plata en el país, quiere seguir contratando gente, y no lo puede hacer porque tiene todos estos quilombos. Da bronca. Da bronca que no haya reglas claras y que no se respeten la Justicia y las normas, y que uno no pueda trabajar tranquilo, proyectar, seguir creciendo y seguir contratando gente. Porque, en definitiva, darle laburo a la gente es el fin social de los empresarios.

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