Mendoza: Investigan a un oftalmólogo que fue denunciado por engañar a las personas que atendía

La situación legal del doctor Pedro Reinaldo Miranda, un famoso doctor de ojos en la ciudad de Mendoza, se vuelve más difícil con el tiempo. Después de ser arrestado el viernes pasado en la calle Sarmiento de la capital de la provincia, en relación con un caso en el que se le investiga por presuntamente haber engañado a al menos diez pacientes de su consultorio, ayer se le añadieron dos acusaciones más y cuatro denuncias que están siendo revisadas por la Unidad Fiscal de Delitos Económicos del Ministerio Público Fiscal de Mendoza.

El miércoles, el equipo de la Fiscalía liderado por la doctora Mariana Pedot registró una de las clínicas de Miranda, ubicada en el centro de la ciudad de Mendoza. Durante la operación, los investigadores confiscaron computadoras y documentos que podrían ser importantes para el caso. Hasta el jueves por la mañana, las autoridades aún no habían analizado todo el material confiscado durante el operativo.

Fuentes que conocen el caso explicaron cómo Miranda engañaba a sus pacientes: les pedía dinero por adelantado para reservar cirugías o exámenes de la vista, pero no los llevaba a cabo y se quedaba con el dinero recibido.
El acusado fue llevado el martes pasado de la estación temporal de detenidos a la cárcel provincial, donde está ahora.

Mientras el sospechoso está bajo arresto, recientemente se hizo pública otra acusación grave en su contra. Un paciente dice que ha perdido mucha vista en un ojo después de tener varias operaciones en la clínica del acusado.

"Gustavo, de 55 años, dijo a MDZ que creo que odio a esta persona porque arruinó mi vida, literalmente." Durante su historia, el hombre dijo que hizo una cita con el doctor Miranda porque tenía un problema en el ojo. Al principio del tratamiento, no tuvo dificultades. De hecho, la operación en su ojo izquierdo salió bien. Pero todo cambió cuando intentaron tratar el ojo derecho.

"Esa tarde me operaron con láser en el ojo. No sentí dolor, lo cual es algo común en este tipo de cirugías. Pensé que la operación había sido exitosa, pero al quitarme el parche en casa, me di cuenta de que la retina seguía desprendida." "Parece que se olvidó de usar el láser", recordó Gustavo.

Y siguiendo con lo mismo, añadió: "Después de la segunda cirugía, intenté mover el ojo y no podía". Sentía tanto dolor que mi ojo se durmió por el dolor. Luego me dio una inyección en el brazo para aliviar el dolor y a partir de ese momento empezaron las mentiras. Me hicieron hacer muchos exámenes porque me salió una mancha en el ojo.

"Durante la segunda cirugía, me lastimó el ojo y casi no podía ver." Luego, me colocó un cristal que mejoró un poco mi visión, pero la lesión permaneció, y todavía tengo esa marca en el centro del ojo", destacó mientras contaba su historia.