El manual del buen populista
Javier Milei, Nayib Bukele, Narendra Modi, Cristina Kirchner, Nicolás Maduro y un sin fin de mandatarios tienen algo en común. Algunos son de derecha, otros de izquierda, otros trascienden esos términos. En el medio de la amenaza nuclear llamada Putin y de la crisis de las democracias liberales, echemos un vistazo a los lazos que unen a estos personajes.
El populismo es un formato de conducción política que busca asegurarse la hegemonía cultural y política de lo que está bien y lo que está mal en un determinado momento histórico. Para bajarlo de lo abstracto y traerlo al llano significa que todos los actos de gobierno que hace el "líder" son buenos y que todo lo que hace o dice la oposición es malo y, sobre todo, si critican, son golpistas, antipatrias, cipayos, terroristas, etc.
Por gracia del Socialismo del Siglo XXI, como bautizó Chávez y tomaron propios y ajenos , vinculamos al populismo con un rol que ejercen con mayor frecuencia los gobiernos de izquierda o neoizquierda. Pero a mi entender que seguramente no sea el correcto, el populismo es un híbrido entre el bonapartismo, el nacionalismo y el fascismo. Estos tres formatos de gobierno pueden ser de centroderecha o de centro izquierda (ultras también).
Otra característica muy particular de este tipo de gobierno es el poco apego por el órden institucional y su intención de que el poder ejecutivo regule toda la esfera estatal. Lo hizo Cristina, lo hizo Milei,lo hizo Trump, lo hizo Bukele, lo hizo Maudro. Las diferencias radican en la fortaleza institucional que existe en países como Argentina, Estados Unidos y Brasil, que no son las mismas que Venezuela, El Salvador o Rusia. En los países donde todavía queda un atisbo de democracia, la famosa "Cristina eterna" fue imposible.
El Salvador pareciera ir irremediablemente a un gobierno cuasi dictatorial con la suma del poder público de Nayib Bukele consigue conforme más pasa el tiempo y cuanto más su figura internacional creció de la mano de la reducción de la violencia en su país. Solo el tiempo dirá cómo seguirá la democracia allí.
Ahora bien, este tipo de personajes logran confundir todo y tildar a cualquiera que se corra un centímetro de su pensamiento de "Cipayo", "Viejo meado", "Kukas", "Fachos", para ellos son todos lo mismo. Por eso poco importa si el populista es de izquierda o de derecha. Cualquier cosa que diga el líder va a estar bien. Por eso Donald Trump está haciendo un gabinete de leales. Porque la purga hacia adentro es algo muy común.
Cualquiera que quiera asomar a ser protagonista o a poner un pero es borrado. Kicillof, Posse, Victoria Villarruel son destratados de la noche a la mañana como si nunca hubieran sido parte del proceso electora, el gobierno o incluso hasta hijos políticos y hermanos de la vida. A ellos se anteponen los camaleones que siempre están bien con todos y esos siempre son bien recibidos porque saben cómo funciona y cómo hacer funcionar el sistema. El propio Edgardo Kueider, imputado en Paraguay por contrabando, llegó al Senado por Alberto y Cristina, pero levantaba la mano para Milei. Lamentablemente, en este caso el acomodaticio perdió y ahora se lo tiran el uno al otro para ver quién se lo queda.
ODIO A LA PRENSA LIBRE
El irrefutable odio a la prensa independiente de los populistas es evidente por los lacayos que le soban el lomo al poder con tal de tener una cuota mínima de fama y reconocimiento que antes no tuvieron o que temen perder. Por otro lado, hay periodistas que ante el cambio de timón, como suele ocurrir en Argentina, pasan de lacayos y sobadores a críticos e "independientes", en este caso en mi opinión corre el beneficio de la duda. Tal vez ese colega "la vio".
REPITE QUE ALGO QUEDARÁ
Otra cuestión que es muy importante si usted tiene ganas de convertirse en un populista es repetir constantemente, una y otra vez, hasta el hartazgo los eslóganes. Principios que dicen defender. "La patria es el otro", "El liberalismo es el respeto irrestricto (...). Algo simple y pegadizo para que puedan repetir todo el tiempo las masas que se convierten en el "brazo" armado del líder. De esa manera, ellos hacen el trabajo sucio, de hormiga, de lapidar a los críticos, de converitr a los ateos y de "bancar" en las malas.
NO ES "TODOLOMISMO"
Esto no quiere decir que Javier Milei es igual a Maduro. Jamás, uno es un presidente electo democráticamente que no cometió crímenes de lesa humanidad ni se le conocen vínculos con el narcotráfico y todo lo que ya sabemos del Dictador de Venezuela. Ahora, los mileistas no tienen ningún reparo en comparar a una persona, por ejemplo de centro izquierda, o de centro, con el más duro estalinismo. Porque como dice el presidente Argentino, usan el principio de revelación. "si no estás conmigo, estás en contra mío".
Habrá populistas exitosos como Trump en lo económico o como Bukele en lo que concierne a la seguridad. Por lo menos a simple vista es así. En otros casos serán un desastre los gobiernos.Lo que entra en jaque acá es la república democrática liberal que defendía tanto Alberdi, que ahora está en los billetes de 20 mil pesos. ¿El próximo paso del mundo es ir hacia el autoritarismo como forma de gobierno? Y uso esa palabra porque un gobierno que no repara en el Congreso ni en la Justicia, o sea que asume la suma de los poderes públicos, es un autócrata.
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