El manual del buen populista

Javier Milei, Nayib Bukele, Narendra Modi, Cristina Kirchner, Nicolás Maduro y un sin fin de mandatarios tienen algo en común. Algunos son de derecha, otros de izquierda, otros trascienden esos términos. En el medio de la amenaza nuclear llamada Putin y de la crisis de las democracias liberales, echemos un vistazo a los lazos que unen a estos personajes.

Análisis y Opinión23/11/2024Alejandro CabreraAlejandro Cabrera
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Populismo

El populismo es un formato de conducción política que busca asegurarse la hegemonía cultural y política de lo que está bien y lo que está mal en determinado momento histórico. Para bajarlo de lo abstracto, es asegurarse que todos los actos de gobierno que hace el "líder" son buenos y que todo lo que hace o dice la oposición es malo y sobre todo, si critican, son golpistas. 

Otra característica muy particular de este tipo de gobierno es el poco apego por el órden institucional y su intención de que el poder ejecutivo regule toda la esfera estatal. Lo hizo Cristina, lo hizo Milei,lo hizo Trump, lo hizo Bukele, lo hizo Maudro. Las diferencias radican en la fortaleza institucional que existe en países como Argentina, Estados Unidos y Brasil, que no son las mismas que Venezuela, El Salvador o Rusia. En los países donde todavía queda un atisbo de democracia, la famosa "Cristina eterna" fue imposible. 

Ahora bien, este tipo de personajes logran confundir todo y tildar a cualquiera que se corre un centímetro de su pensamiento de "Cipayo", "Viejo meado", "Kukas", "Fachos", para ellos son todos lo mismo. Por eso poco importa si el populista es de izquierda o de derecha. Cualquier cosa que diga el líder va a estar bien. Por eso Donald Trump está haciendo un gabinete de leales. Porque la purga hacia adentro es algo muy común. 

Cualquiera que quiera asomar a ser protagonista o a poner un pero es borrado. Kicillof, Posse, Victoria Villarruel. Y están los camaleones que siempre están bien con todos y esos siempre son bien recibidos porque saben cómo funciona y cómo hacer funcionar el sistema. 

El irrefutable odio a la prensa independiente de los populistas es evidente por los lacayos que le soban el lomo al poder con tal de tener una cuota mínima de poder que antes no tuvieron o que temen perder. Por otro lado, hay periodistas que ante el cambio de timón, como suele ocurrir en Argentina, pasan de lacayos y sobadores a críticos e "independientes".  

Otra cuestión que es muy importante si usted tiene ganas de convertirse en un populista es repetir constantemente, una y otra vez, hasta el hartazgo los eslóganes. Principios que dicen defender. "La patria es el otro", "El liberalismo es el respeto irrestricto (...). Algo simple y pegadizo para que puedan repetir todo el tiempo las masas que se convierten en el "brazo" armado del líder. De esa manera, ellos hacen el trabajo sucio, de hormiga, de lapidar a los críticos, de converitr a los ateos y de "bancar" en las malas.  

Esto no quiere decir que Javier Milei es igual a Maduro. Jamás, uno es un presidente electo democráticamente que no cometió crímenes de lesa humanidad ni se le conocen vínculos con el narcotráfico y todo lo que ya sabemos del Dictador de Venezuela. Ahora, los mileistas no tienen ningún reparo en comparar a una persona, por ejemplo de centro izquierda, o de centro, con el más duro estalinismo. Porque como dice el presidente Argentino, usan el principio de revelación. "si no estás conmigo, estás en contra mío". 

Habrá populistas exitosos como Trump en lo económico o como Bukele en lo que concierne a la seguridad. Por lo menos a simple vista es así. En otros casos serán un desastre los gobiernos.Lo que entra en jaque acá es la república democrática liberal que defendía tanto Alberdi, que ahora está en los billetes de 20 mil pesos. ¿El próximo paso del mundo es ir hacia el autoritarismo como forma de gobierno? Y uso esa palabra porque un gobierno que no repara en el congreso ni en la justicia, o sea que asume la suma de los podéres públicos, es un autócrata. 

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