De excusas, trolls y psicópatas
Esta semana, Sergio Berni pasó de ser Rambo a Mojarrita. De repente, el periodismo argentino comprendió que no se consigue la seguridad bajando de un helicóptero con cara de pocos amigos. Por unos 15 minutos, el ministro de Inseguridad de la Provincia de Buenos Aires intuyó que la gente se había podrido de su chamuyo. El relato caía como trompada. El prometido asadito seguía sin aparecer pero a Berni le traían los bifes. El golpe o los golpes contra la realidad duraron un santiamén. La Policía de la Ciudad rescató al showman de los colectiveros peronistas en La Matanza con un paredón que rezaba por Cristina 2023. No fue Magia.
Análisis y Opinión06 de abril de 2023
Luis Gasulla