La peor cara de la política: amenazas y clientelismo en General Rodríguez

Tras contar en TV que tenían que colgar carteles del FDT para recibir una heladera.

Investigación28/09/2021Luis GasullaLuis Gasulla
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Las hermanas Machado estaban en la vereda de su calle de tierra en el barrio El Ombú de General Rodríguez junto con sus hijos esperando que llegasen más chicos para asistir al merendero «Rincón de Luz». Un día después de las elecciones PASO, el intendente de esa localidad, Mauro García, se acordó de entregar una veintena de heladeras, otras tantas garrafas y cocinas. Pero el programa «Abrazar Argentina» las dejó abandonadas a Jenifer y Daiana. Es que cometieron el pecado de aceptar mi invitación de hablar en cámara, en el programa La Cornisa de La Nación +, para que cuenten si habían recibido el electrodoméstico prometido.

A diferencia de otros merenderos que habían recibido la ayuda estatal, en el «Rincón de Luz» se respiraba libertad. Libertad de expresión y de opinión. A la segunda respuesta, Jenifer confesó que estaba molesta con «la política» que sólo se acordaba de ellas en campañas electorales. Con 28 años, hacía una década que vivía en el barrio. Alimenta cada día a 53 niños. Cometió el «pecado mortal» de decir la verdad. No sólo eso. Dio el nombre de un concejal – Reinaldo «Cartu» Torres- amigote del intendente, por el que habían accedido a una ayuda de la intendencia.

En forma descarnada, su relato, desnudaba las miserias del Frente de Todos. «Si militas, tenes unas migajas» le dieron a entender a las chicas. Y ellas aceptaron poner un cartel partidario en un merendero donde asisten chicos por unas pocas horas. Lo sacaron porque no le deben nada a nadie. Tienen otra forma de encarar la vida. No votan peronismo por el recuerdo de la muñeca que les regaló Evita, como les pasaba a sus abuelas. Entran a facebook, miran redes sociales, comparten historias y quieren progresar. Los políticos sólo les ofrecen la subsistencia. Ellas quieren una vida digna.

La dignidad es decir la verdad. Contarlo. Y lo hicieron.

Esa noche recibieron el llamado del concejal K que las apretó. Hablar en cámara ante el periodismo «opositor» era una sentencia de caer en el olvido.

Mientras tanto, el municipio le daba letra a uno de los empleados todoterreno del medio hegemónico K de Cristóbal López: Pablo Duggan

El camaleónico periodista se disfrazó de vocero, esta vez, de un intendente K.

¿Se harán cargo de los niños que se quedarán sin comida por el capricho de los que se creen dueños del Estado?

Las hermanas Machado reciben un plan del Movimiento Evita. Según su relato, Torres también las amenazó con quitarles los planes sociales. El ministerio de la Mujer, el INADI de Victoria Donda y el falso feminismo, tampoco dijeron nada.

Así son.

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