2014- UN DIA COMO HOY NOS DEJABA, CHINA ZORRILLA, ACTRIZ URUGUAYA, ESTRELLA DEL CINE ARGENTINO.

Concepción Matilde Zorrilla de San Martin, “China”, como la conocimos todos, provenía del seno de una tradicional familia uruguaya, hija de la argentina Guma Muñoz del Campo y del escultor Jose Luis Zorrilla de San Martin, autor de obras escultóricas reconocidas tanto en Uruguay como en nuestro país.

Su infancia transcurrió en París y más tarde en Montevideo, donde asistió al colegio sagrado corazón. El origen de su nombre artístico nace casi de casualidad, la llamaban de apodo Cochona, pero en Francia le deformaron el apodo y le decía Cochon, que es cerda, y ella prefirió que le dijeran cochina, luego de ahí pasaría abreviando ese apodo autodenominarse “China”. 

Comenzaría su carrera en el teatro independiente en 1943. En 1946 viajaría a Londres, Inglaterra, para estudiar en el Royal academy of dramatic art. De regreso a Montevideo dos años más tarde, participaría en muchas obras teatrales, hasta que, en 1961 funda el teatro de la ciudad de Montevideo. 

A mediados de los años 60 se muda y vive 4 años en New York, donde ejerce como profesora de francés y secretaria de una agencia teatral. En 1971 viaja a Buenos Aires y participa de su primera película, “Un guapo del 900” con dirección de Lautaro Murúa, luego actúa en “La mafia”, con Alfredo Alcón.

En teatro, participa de “Las mariposas son libres” con Rodolfo Bebán y Susana Giménez. También en teatro actúa en “tres monólogos” y “las canciones para mirar” junto a Carlos Perciavalle.

Se instaló en Buenos Aires, desplegando una carrera gigantesca, dentro del cine, teatro y televisión, participando en varios de teleteatros de Alberto Migré, lo cual le daría una inmensa popularidad. Desde 1971 hasta 2008 actuó en más de 50 películas. Además de ser una actriz increíble, China, era todo un personaje, llena de anécdotas.

Contó una vez, que en la década del 60 trabajaba en una oficina con Dustin Hoffman, y ella lo convence para hacer el casting para “el graduado”, o que estudio ruso en París, con el bisnieto de Tolstoi o como cuando entrevisto a Freddie Mercury para el programa videoshow.

Durante esa fallida conferencia de prensa donde Alberto Muney quien los entrevistaba le decía Fred a Freddie y Joyce a John Deacon. O como el día que le regalo 37 mil dólares a un taxista, que mientras la llevaba le contó que estaba endeudado fuertemente, ella que había cobrado ese dinero se lo dio sin dudarlo y lo más increíble fue que, 8 años más tarde el hombre le devolvería el dinero.

China después de eso dijo, por uno solo que te devuelva lo que le has prestado, vale la pena la cantidad de personas que no me han devuelto. China, fue amiga íntima de Carlos Perciavale, quien se sorprendía por el desapego que ella tenía con el dinero, un día en su departamento de la calle Uruguay, daba una nota en vivo y dijo, “yo no creo en los bancos”, mientras mostraba que guardaba el dinero entre las páginas de los libros de su biblioteca.

Cuenta el director teatral Agustín Maggi, “ella era así, genuina, desprendida, le gustaba mucho sentarse en los cafés, pero en la vereda. Una vez se paró una señora a charlarle y le contó una larga historia, con el evidente objetivo de sacarle dinero, cuando la mujer termina de contar, China abre la cartera y le da el dinero, entonces le pregunté, ¿Vos de verdad te crees ese cuento chino? ¿Te parece verdad?  ella me miró y me respondió, no lo sé, pero… ¿y si es verdad? Nunca me voy a olvidar”. 

Lo que nadie puede aseverar es acerca de su vida privada, sus amores, ya que China fue una mujer sumamente reservada en ese aspecto, aunque supo decir, “amé mucho y me amaron, creo, pero no hablo de eso”.

Tuvo si un novio formal, el cual no llegó a prosperar por que le habría exigido a ella que abandone su profesión, también se decía que tuvo un gran amor imposible, con el aristócrata uruguayo Juan Alberto Fonseca, del cual se habría enamorado en 1945. 

Todos la recordarán como Elvira, en la comedia “esperando la carroza” de 1985, con esas frases tan suyas como, “¡Que criatura estúpida!” O “yo hago puchero, ella hace puchero, yo hago ravioles, ella hace ravioles”, ella se reía y decía que nunca iba a entender la trascendencia de esas palabras, decía, “no es que hice Hamlet, to be or not to be”. 

Además, era tan inteligente que cuando la convocaron para la lamentable y hoy casi olvidada segunda parte de “esperando la carroza”, la rechazó, por dos motivos, primero que ella creía que segundas partes nunca eran buenas y también porque no iba a ser dirigida por Alejandro Doria.

Tuvo toda la razón, la película fue pésima y ya nadie la recuerda. Sus últimas apariciones en cine fueron “besos en la frente” de 1996, “conversaciones con mama” de 2004, Elsa y Fred de 2005, “tres de corazónes” de 2006, “tocar el cielo” de 2007 y “sangre del pacifico” de 2008.

En 2010, fue la narradora del disco conceptual del compositor inglés, Clive Nolan, quien es un referente del rock progresivo inglés, tecladista de las bandas Pendragon y Arena. China era una amante absoluta de la música rock en especial la progresiva. 

En 2008 la actriz sufre una insuficiencia respiratoria y es internada, se retira del escenario y de la vida pública, en 2012, cuando cumple 90 años. El domingo 14 de septiembre de 2014 es internada por neumonía, falleciendo el 17 de septiembre a la edad de 92 años. El gobierno uruguayo decretó duelo nacional y sus restos fueron velados en el salón de los pasos perdidos del palacio legislativo de Montevideo. El sepelio tuvo lugar en el panteón de la familia Zorrilla de San Martin, en el cementerio central de Montevideo.

En abril de 2022 se realizó una subasta de sus objetos personales, al recorrer la muestra, se da cuenta de la personalidad ecléctica, sencilla y sofisticada a la vez, la muestra se llamó, “China, entusiasmo insensato”.