VIDA Y OBRA DE LEONARDO SIMONS, ESTRELLA DE LA TV ARGENTINA DE LOS 80’s y 90’s.

Nacido como Leonardo Simón Wowe, Leonardo fue uno de los grandes conductores de la tv y radio argentina, tuvo una gran carrera y un trágico final.

Espectáculos14/09/2024Ariel LugoAriel Lugo
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Nacido el 1 de septiembre de 1947 en buenos aires, en el seno de una humilde familia judía, en el barrio de Villa Crespo, comenzaría trabajando como vendedor ambulante siendo un niño. 

Más tarde comenzaría con la animación de bailes durante los fines de semana. Tras pasar por el colegio secundario, Otto Krause, estudiaría en el ISER, lugar donde finalmente forjó su carrera, recibiéndose en 1968. 

Dos meses después de recibirse como locutor nacional comenzaría su carrera en canal 13, en “la campana de cristal” con Nelly Raimond y Fernando Bravo. al poco tiempo, concretó su pase a canal 9, donde se convertiría en un referente de la conducción de programas de entretenimiento, salvo un breve tiempo en 1983 estuvo en ATC, donde realizó la conducción del programa ómnibus de Roberto Fontana, “sábado de todos”.

Su nombre estaría ligado por dos décadas al canal 9 de Alejandro Romay, en donde permanecería hasta 1992, destacándose en los programas, “música en libertad”, “rumbo a la fama”, “sábados de la bondad”, “domingos para la juventud” y “finalísima”. En 1993 firma contrato con telefe, para conducir el ciclo “ta te show”, que iría los sábados a las 20.

Además de su trabajo en la pantalla chica, el conductor era productor de programas de radio y televisión, a través de su propia agencia de publicidad, Prodiartel s.a, la cual tenía sede en av Córdoba 1400, en la ciudad de Buenos Aires. Fue allí donde sucedería la tragedia, el día 15 de octubre de 1996.

Leonardo estuvo casado con la periodista Alicia Gorbato con la cual tuvo dos hijas, Vanesa y Barbie, tras separarse de la madre de sus hijas, rehízo su vida con Ruth Kisielnicki, con la cual estuvo por más de una década. El suicidio del conductor fue una amarga sorpresa para la mayoría de las personas que veíamos sus programas, sin embargo, en su entorno más cercano sabían que las cosas no estaban bien y el dolor que estaba atravesando. 

Recordemos que el hermano de Leonardo, el ex juez Carlos Wowe, se encontraba preso en el penal de Caseros, había sido acusado de cohecho, tentativa de cohecho y tenencia de arma de guerra, con una condena posible de entre 4 a 15 años. Había sido denunciado por pedirle una coima al periodista Bernardo Neustadt para favorecerlo en una causa que había iniciado Franco Macri.

Leonardo por este motivo se encontraba muy deprimido, no toleraba que su hermano estuviera metido en algo semejante, si bien se esforzaba por mostrarse bien, la gente que lo conocía sabía que algo estaba mal, pero el público jamás podía pensar un desenlace como el que tuvo, ya que, en apariencia, Leonardo lo tenía todo, amigos, dinero, salud, fama y familia, la cual quedaría devastada ante los sucesos que ocurrieron aquella mañana de primavera que eligió para quitarse la vida. 

Ese día las secretarias se sorprendieron al verlo sentado de espaldas en la ventana, y pese a los intentos que realizaron, no pudieron evitar que se suicidara, incluso llegaron a tomarlo de los pantalones, pero era tal la determinación firme que Leonardo tenía que se soltaría el cinturón y caería al vacío.

Antes de caer, según cuentan los testigos, Leonardo dijo, no me salven, en el bolsillo del pantalón de Leonardo se encontraban tres cartas de despedida, las cuales eran textos breves manuscritos, en la primera de ellas, se dirigía a sus hijas, quienes entonces eran dos niñas, la carta contenía las siguientes palabras, “papá prefirió toma esta actitud que cree valiente porque se me reventó la cabeza y es mejor que ser una carga de por vida para ustedes, estando en un manicomio, las amo como a nadie ame en este mundo”. El segundo texto dirigido a su mujer Ruth, a la cual le dijo, “las personas que más quiero en mi vida son mis hijas Vanesa y Bárbara, vos me diste 10 años de felicidad. Recordá que juraste por tu hijo que las ibas a seguir protegiendo el resto de sus vidas, te quiero mucho Ruth, Leonardo”. 

Por último, la tercera misiva era para sus amistades, decía así, “a todos mis amigos, el más sublime agradecimiento por los años de amistad que me dieron y les di, a todos aquellos a quienes respeté, comprendí y fui leal, también mi gratitud por el cariño ofrecido. Pido perdón por no citar cada nombre, pero algunos saben que fueron como hermanos para mí, mi bocho explotó y necesita paz, adiós y hasta siempre, los llevo en mi corazón”. 

De esa manera terminaba su vida cayendo al vacío desde el piso 13, Leonardo Simmons, aquel 15 de octubre de 1996, tenía solo 49 años.

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