Macri y Santiago Caputo tuvieron una reunión privada

El jueves, tras la contundente reunión de Mauricio Macri con los legisladores del PRO, Santiago Caputo envió un mensaje de texto al ex mandatario.

En ese corto diálogo, ambos -conscientes de que sus puntos de vista más comunes son discrepancias- comprendieron que el veto a la Ley de Financiamiento Universitario que Javier Milei había vetado había vuelto a poner en riesgo la relación entre el PRO y el Gobierno.

La necesidad apremiante los impulsó a programar una reunión para esa tarde en una de las dependencias que utiliza el asesor presidencial. De acuerdo con Clarín, dos líderes que conocen el contenido de ese diálogo indicaron que existieron frases "constructivas", pero "no se lograron definiciones significativas".

Macri y Caputo apenas se conocen y nunca han mantenido una relación sólida. El asesor presidencial se resiste a que La Libertad Avanza establezca una coalición con el PRO, ya que considera que tal pacto proporcionará escaso beneficio electoral al Presidente y Macri está al tanto de esa perspectiva.

A su vez, Macri sostiene que Caputo es el principal impedimento para que el PRO establezca una relación sólida con el Gobierno y que ese pacto proporcione a Milei una plataforma para llevar a cabo las reformas que él mismo percibe como imprescindibles.

La audiencia de conciliación tuvo lugar pocas horas después de una reunión que el ex presidente había mantenido esa mañana con el grupo de senadores del PRO que, aunque estaba programada, acabó transformándose en un suceso explosivo. En ese encuentro matinal, Macri se apartó del veto que Milei había otorgado contra la Ley de Financiamiento Universitario, aprobada por el Congreso con el objetivo de asegurar la actualización de los sueldos de los profesores en universidades.

Durante su reunión privada, Macri y Caputo no ocultaron ninguna de sus discrepancias. Dentro de los escasos acuerdos alcanzados, destaca la elección de mantener a Cristian Ritondo como el intermediario directo con el Poder Ejecutivo para dirigir la relación. El líder del grupo parlamentario del PRO enfrentará una tarea extremadamente complicada en los días venideros: en el macrismo todavía no han establecido si existirá una postura conjunta a favor o en contra del nuevo veto de Milei.

Desde hace varias semanas, los conflictos con el Gobierno se han intensificado en el PRO. Fernando de Andreis, antiguo secretario General de la Presidencia y mano derecha de Macri, compartió este viernes una frase en la red social X: “Tal como el escorpión que asesina a la rana que lo ayuda a atravesar el río, no pueden resistirse, es su naturaleza". El mensaje, al suprimir el contenido alegórico, buscaba evidenciar que el PRO está resuelto a asistir al Gobierno, incluso a pesar de las declaraciones antimacristas de numerosos de sus integrantes.

"El veto surge de una impericia total." No era necesario vetar la ley. Nosotros respaldamos la protección del superavit, sin embargo, el desequilibrio no es ni del 0,14% del producto como establece la legislación, sino del 0,06%, ya que el otro 0,08% ya se ha incluido en el Presupuesto. Milei provoca el conflicto del veto porque piensa que se beneficia de sus votantes, sin embargo, el PRO promueve el equilibrio fiscal y también a favor de las universidades públicas", declaró a Clarín un individuo que conoce profundamente a Macri y que frecuentemente expresa sus pensamientos.

En términos estrictos, el choque entre el PRO y el Gobierno muestra una discrepancia más marcada.

Los líderes de La Libertad Avanza se consideran ejemplares que han progresado desde la fase posterior a la política de partido. El propio Javier Milei tiende a comportarse como si el mundo ya estuviera en una fase diferente a la de los estados nacionales, la forma de organización política que empezó a establecerse en el siglo XVII y que finalmente se consolidó en el siglo XX.

Esto se refleja en su política exterior: el Presidente opta por establecer vínculos con los empresarios a nivel mundial -cuyas compañías generan más facturas que muchos estados- en lugar de enfrentar la complicada labor de relacionarse con otros líderes nacionales como él. Por algún motivo, Milei considera que su función es transformarse en un interlocutor de Elon Musk y no en un interlocutor de Pedro Sánchez.

La agresión hacia la ONU fue sumamente elocuente. Milei sancionó a una entidad que, en caso de ser útil, fue para reconocer y validar la erupción de estados nacionales que tuvo lugar en el planeta, junto al proceso de descolonización desde la mitad del siglo pasado. En la interpretación de Milei, si la meta principal de un Presidente es establecer conexiones con las empresas privadas que dominan gran parte del flujo de dinero en la actualidad, ¿de qué sirve una reunión anual de líderes estatales?

La implementación de ese mismo concepto en el plano local es lo que acaba encerrando a La Libertad Avanza en un enigma complicado. Es posible hallar múltiples ejemplos de esa encerrona.

Uno es la dificultad del financiamiento de la universidad estatal. Milei manifestó de diversas formas que su meta final es desfinanciar y desactivar las instituciones estatales. Para Milei y toda la construcción teórica bastante básica que respalda el discurso libertario, el Estado no es más que un instrumento para robar a los ciudadanos. En Argentina, la red de universidades públicas es una de las entidades estatales. Por tanto, ¿qué alumno o docente va a confiar en el Gobierno al afirmar que detrás del veto a la Ley de Financiamiento Universitario no se oculta un plan para desmantelar a las universidades públicas?

Es verdad que numerosas universidades públicas se encuentran actualmente tan dominadas por intereses partidarios o personales como otras entidades estatales, pero dichas distorsiones no proporcionan la justificación al que sugiere, incluso con matices, la desaparición de las universidades públicas.

El otro inconveniente que provoca esa propuesta es la misma conexión con el PRO. Caputo y Milei sostienen que tanto el macrismo como Macri forman parte de ese pasado que La Libertad Avanza tiene el propósito de sustituir. Para el Gobierno, las formas institucionalistas que promueve el PRO son la evidencia de que Macri "no la percibe". En este contexto, no existe la posibilidad de establecer un pacto perdurable entre dos ámbitos que perciben la política y, también, al Estado de forma tan diferente.