La advertencia de Rusia a Ucrania sobre armas nucleares

El uso de un misil diseñado para ese propósito es fuertemente condenado por la comunidad internacional. La historia nos ha mostrado en Hiroshima, Nagasaki y otros eventos las graves consecuencias globales que puede tener un ataque de este tipo.

Actualidad28/11/2024Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Partes del misil balístico utilizado por Rusia en el ataque contra la ciudad de Dnipro.

El tercer año desde que Rusia atacó a Ucrania está entrando en una etapa con grandes peligros para las personas y posibles consecuencias a nivel mundial. El lanzamiento de un misil diseñado para un ataque nuclear, junto con amenazas claras de usar estas armas, aumenta la tensión a un nivel que debería ser fuertemente condenado por todos los países del mundo. Tanto Hiroshima como Nagasaki mostraron las terribles consecuencias de los ataques con armas nucleares. Además, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) han indicado que en caso de un ataque nuclear contra Ucrania, sería imposible predecir la extensión de la radiación, el calor y las ondas electromagnéticas, así como la duración de sus efectos a nivel mundial.

La información del Organismo Internacional de Energía Atómica y del Comité Internacional de la Cruz Roja es válida para el uso de bombas nucleares tácticas de baja potencia, que van desde 0,3 hasta 70 u 80 kilotones. El evento previo a las dos bombas atómicas lanzadas en 1945 se evidencia por su potencia de 15 kilotones. La explosión de una bomba nuclear en el aire tendría efectos graves en toda Europa al dañar los dispositivos electrónicos con un pulso electromagnético. En el ámbito de la energía nuclear, no hay términos intermedios.

El caso de las pruebas de armas nucleares, especialmente las realizadas en el aire y en el agua por Estados Unidos y la Unión Soviética antes del Tratado Parcial de Prohibición de Ensayos Nucleares de 1963, es otro ejemplo importante a considerar. Las 2500 pruebas nucleares en esos lugares esparcieron partículas radiactivas por el aire en todos los continentes, incluyendo la Patagonia. El grave daño al medio ambiente causado por estas pruebas nucleares llevó a la idea de que las armas nucleares no deben ser usadas en ninguna situación.

Menos en el caso de Ucrania, que entregó a Rusia las casi 3 mil armas nucleares que había recibido después de la caída de la Unión Soviética. En 1994, Ucrania acordó no tener armas nucleares a cambio de que se respetaran sus fronteras, que incluían Crimea y los territorios que Rusia ha invadido. Rusia, Ucrania, Estados Unidos y el Reino Unido firmaron el documento.

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Si Rusia intenta crear miedo entre la población para luego negociar en mejores términos el fin del conflicto, la estrategia política del Kremlin debería ser fuertemente condenada a nivel mundial. Nunca está bien usar armas muy peligrosas en negociaciones diplomáticas.

La comunidad mundial debería pedir que Rusia deje de amenazar con armas nucleares, que reduzca la alerta de su armamento estratégico y que retire sus fuerzas militares de Ucrania. Es importante comenzar la diplomacia y el diálogo lo antes posible. El líder de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha dicho que la única forma de lograr una paz duradera debe seguir las reglas de las Naciones Unidas y las leyes internacionales. La violencia armada no debería ser considerada como una opción.

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