Pantallismo, la adicción al celular que altera la salud mental de los niños y adolescentes

El sistema nervioso de los niños está creciendo y los expertos han señalado que pasar mucho tiempo usando el teléfono móvil y las redes sociales puede afectar su desarrollo emocional. Mientras más tiempo pasan en internet, se alejan más de sus relaciones en la vida real.

Investigación27/11/2024Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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El uso prolongado de dispositivos electrónicos, como teléfonos celulares, puede afectar la salud mental y la integración

Vivimos en una época muy globalizada y conectada, pero al mismo tiempo, los niños y adolescentes están cada vez más desconectados de la realidad. Pasan mucho tiempo en el mundo virtual, lo que afecta sus relaciones con amigos, compañeros y familiares.

Realmente, el uso excesivo de pantallas está afectando de forma preocupante a adolescentes en todo el mundo. Las redes sociales, el contenido en internet y los videojuegos no solo llaman la atención de los jóvenes, sino que también cambian sus costumbres, relaciones y la forma en que se ven a sí mismos.

El pantallismo es cuando las personas, especialmente los jóvenes, usan demasiado las pantallas de sus dispositivos digitales, como las redes sociales y los videojuegos en línea. Este comportamiento impulsivo y constante afecta negativamente la salud física y mental, así como las relaciones con la familia, amigos y en la escuela.

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Los expertos señalaron que tratar la adicción a las pantallas es tan complicado como tratar adicciones a drogas o problemas con la comida, pero es posible recuperarse. Destacaron algo muy importante: prohibir no es la solución. Lo esencial para padres y escuelas es guiar a los niños, enseñarles a usar sus teléfonos de forma sana y equilibrada, sin que se conviertan en un reemplazo de las relaciones sociales cara a cara. En junio de este año, la máxima autoridad de Salud de los Estados Unidos, el Cirujano General Dr. Vivek Murthy, propuso colocar etiquetas de advertencia en las plataformas de redes sociales, alertando sobre su asociación con daños en la salud mental de los adolescentes. Según declaró en un ensayo publicado en el New York Times, “la crisis de salud mental entre los jóvenes es una emergencia, y las redes sociales se han convertido en un importante contribuyente”.

El doctor Murthy alertó sobre las consecuencias del pantallismo: “Los adolescentes que pasan más de tres horas al día en las redes sociales se enfrentan al doble de riesgo de síntomas de ansiedad y depresión. Además, casi la mitad de los adolescentes dicen que las redes sociales los hacen sentir peor con sus cuerpos”.

Cuál es el efecto de las pantallas en el cerebro

La profesora Rosario J. Marrero Quevedo, especialista en Psicología y directora académica del Máster en Psicología General Sanitaria de la Unversidad de la Laguna, Tenerife, España, lideró un estudio de meta-análisis que revisó 21 investigaciones sobre los efectos en el control cognitivo de la adicción a internet y al teléfono móvil.

Ante la consulta, la profesora Marreno Quevedo señaló que la investigación “encontró que había un deterioro en el procesamiento de la recompensa (concretamente, en áreas cerebralescomo el córtex cingulado anterior, la ínsula y la amígdala). La amígdala es el principal centro de control emocional. Sus conexiones no sólo producen una respuesta emocional, sino que también intervienenen la inhibición cognitiva. Además, la ínsula permite la integraciónde la emoción y la cognición, por tanto, las anomalías en esta región pueden provocar un deterioro de la autoconciencia y de la regulaciónde las emociones”.

“En adolescentes con adicción a internet se ha encontrado -describió la investigadora- una mayor sensibilidad ante las opciones de ganar mientras que disminuye la sensibilidad a la pérdida, de ahí que continúen abusando de los dispositivos tecnológicos a pesar de las consecuencias negativas”.

Según dijo, usar demasiado aparatos tecnológicos causa dificultades para prestar atención y problemas emocionales. Esto puede llevar a tener poca paciencia, dificultades para concentrarse, falta de disciplina y afectar habilidades como escribir a mano, ortografía y entender textos.

Las partes del cerebro afectadas son el área del cerebro llamada córtex cingulado anterior, la ínsula y la amígdala. Estas son importantes para unir las emociones con el pensamiento y controlar las emociones. Estos cambios hacen que las personas sean más sensibles a las recompensas y menos a las pérdidas, lo que puede llevar a un uso compulsivo a pesar de las consecuencias negativas. Además, las habilidades mentales relacionadas con áreas como la parte frontal del cerebro y los lóbulos frontal y parietal se ven afectadas, lo que dificulta la concentración y el control de las emociones, aspectos importantes para comportarse de manera adecuada.

La profesora Marrero Quevedo dijo que algunos jóvenes son más propensos a tener adicciones a la tecnología debido a su impulsividad, problemas emocionales o conflictos familiares. Por otro lado, cosas como sentirse tranquilo, ser responsable y tener una familia que apoye pueden ayudar a proteger.

En la escuela es importante enseñar a utilizar el teléfono celular.

Pepe Menéndez, un experto español en mejorar la forma de enseñar, que formó parte del proyecto Horizonte 2020 para cambiar la forma de enseñar en escuelas de Barcelona, y que también fue subdirector de la Red de Colegios Jesuitas de Cataluña, resaltó lo importante que es enseñar a los jóvenes a usar los teléfonos móviles de manera correcta. El experto dijo que los teléfonos celulares se han convertido en una alternativa cuando los jóvenes no tienen la compañía de adultos. "El uso excesivo de teléfonos móviles es solo el principio de un problema más grande; no debemos dejar de estar presentes para los jóvenes, ya que al final lo que hace el dispositivo es remplazar la sensación de estar solos."

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Según Menéndez, no es bueno prohibir por completo el uso de estos aparatos en las escuelas, ya que eso significaría perder la oportunidad de enseñar a usarlos de manera responsable. Por otro lado, él piensa que los padres y las escuelas deben enseñar a los jóvenes cómo usar sus teléfonos móviles de manera adecuada.

El escritor de libros como “Escuelas que valgan la pena” y su nuevo libro “Educar para la vida”, Menéndez, dijo a Infobae que desde hace mucho tiempo, en los descansos en los patios de las escuelas se producen situaciones de exclusión y acoso. Para él, es muy importante que los adultos estén atentos y cuiden estos lugares, sin importar si hay teléfonos móviles presentes.

Menéndez dijo que usar el teléfono móvil es similar a beber alcohol o tener adicción al juego, y que es importante entender por qué los jóvenes lo usan demasiado. "No es algo malo", dijo, sino algo que reemplaza y cubre necesidades emocionales y sociales no satisfechas, como la timidez o la falta de habilidades para relacionarse. "Explicó que escribimos lo que no nos atrevemos a decir en persona, resaltando cómo las tecnologías afectan las relaciones entre jóvenes."

El experto instó a los adultos a pensar en cómo pueden ayudar a los niños con la tecnología, enfatizando la importancia de enseñarles a ser disciplinados y a controlar su uso de la tecnología. Según Menéndez, "cuando algo está prohibido se soluciona rápidamente, pero no se resuelve el problema a largo plazo, lo que puede causar más problemas". En vez de tomar acciones extremas, defendió usar un enfoque educativo que ayude a los jóvenes a aprender a usar los dispositivos de forma equilibrada y consciente, desarrollando criterios sólidos y habilidades para ello.

Encontrar un balance entre el tiempo que pasamos en internet y el tiempo que dedicamos a actividades fuera de la red

Gabriel Ianni, quien es presidente y profesor en la Asociación de Escuela de Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de Madrid, mencionó a Infobae que "todos sabemos lo importante que son las nuevas tecnologías en diferentes áreas; sin duda, la educación ha sido una de las más beneficiadas, y en los últimos años hemos visto cambios sorprendentes y muy rápidos". Fui el primero en mi área en usar una tableta en la sala de juegos para niños y adolescentes en mi consulta en 2013. Si se usa correctamente, puede ser muy útil para ayudar a los pacientes a explorar sus pensamientos y sentimientos internos.

Sin embargo, Ianni mencionó que varios estudios han demostrado que el uso prolongado de aparatos electrónicos durante la infancia y la adolescencia, cuando el cerebro todavía se está desarrollando, afecta directamente al desarrollo cognitivo, emocional y social de la persona. Esto puede resultar en problemas para concentrarse, prestar atención, aprender y controlar los impulsos, así como aumentar el riesgo de experimentar irritabilidad, ansiedad y depresión.

Enseñar a los padres a diferenciar entre la vida en internet y la vida fuera de la pantalla es algo muy importante, según un experto.

"Es importante no sustituir el tiempo de calidad con sus hijos por estar frente a pantallas. Establezca límites claros en el tiempo que pasan frente a dispositivos electrónicos y defina claramente los lugares y momentos en los que no se permite su uso." Promover pasar tiempo en persona con amigos y familiares, promover la lectura de libros físicos, fomentar la práctica de deportes al aire libre y juegos que no involucren pantallas. Esto fue mencionado por Ianni, miembro de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires y residente en España desde hace 25 años.

Poder ayudar a los niños a reconocer y entender cómo se puede usar un dispositivo para jugar, usar redes sociales, ver videos, leer, acceder a información o aprender, y establecer límites de tiempo considerando el valor de cada actividad, es un reto que lleva tiempo pero es esencial que los padres promuevan, explicó Ianni.

Por otro lado, la experta en sociedad Manuela Gutiérrez, quien tiene un doctorado en Salud Pública de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México, mencionó en una conversación con Infobae que el efecto de internet en los jóvenes tiene dos aspectos principales: "Por un lado, las cosas buenas como poder obtener información y mantenerse en contacto con otras personas; por otro lado, los peligros, especialmente en lo que se refiere a la salud mental, como sentir ansiedad, depresión y tener poca confianza en uno mismo".

La forma en que los jóvenes interactúan con dispositivos electrónicos está influenciada por un diseño que pretende crear dependencia, especialmente en redes sociales y videojuegos. Según una experta que está realizando un posdoctorado en la Facultad de Medicina de la UNAM, en estos medios las notificaciones y premios estimulan la gratificación instantánea, lo que puede promover adicciones digitales.

Según Gutiérrez, pasar mucho tiempo mirando pantallas puede afectar los estudios, reducir el tiempo de estudio, cambiar el horario de dormir y promover actitudes impulsivas por la satisfacción inmediata.

"Para usar internet de forma responsable, es importante que educadores, familias y la sociedad trabajen juntos para aprovechar sus ventajas y reducir los peligros", aconsejó la socióloga. "Es importante encontrar un equilibrio entre usar pantallas y hacer otras actividades como deportes, música o leer para reducir los riesgos en los jóvenes. También es fundamental hablar abiertamente sobre los peligros y ventajas de la tecnología."

Estudios sobre el uso excesivo de pantallas y la capacidad del cerebro para adaptarse

La adolescencia es una etapa llena de cambios donde el cerebro de los jóvenes es muy flexible, lo que les ayuda a adaptarse a su entorno y aprender cosas nuevas. No obstante, esta cualidad fundamental para su crecimiento también los hace más sensibles a influencias del exterior. Investigaciones recientes, como un estudio publicado en una revista de salud mental en 2024, han mostrado que pasar demasiado tiempo en internet puede cambiar la forma en que el cerebro de los adolescentes funciona, lo que afecta su comportamiento y emociones.

Un estudio realizado por un grupo de la Universidad College London encontró que la adicción a internet no solo provoca comportamientos compulsivos, sino que también produce cambios importantes en redes cerebrales importantes. Estos cambios hacen que sea más difícil controlar las emociones y promueven la tendencia a buscar placer de forma inmediata, algo común en comportamientos adictivos.

Según Mariano Ruperthuz Honorato, presidente de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis, "internet es un lugar donde los adolescentes expresan sus deseos ocultos, buscan aprobación y desarrollan su identidad". Pero usar mucho las redes sociales puede hacer que te sientas más ansioso por cosas como el miedo a que no te acepten o a compararte con otros, lo cual puede afectar cómo te sientes emocionalmente. Ruperthuz dijo que pasar mucho tiempo frente a las pantallas puede hacer que queramos gratificación rápida, lo cual puede dificultar la concentración y el pensamiento reflexivo, que son importantes para aprender.

Además, el cerebro también se vuelve más conectado en áreas como el núcleo accumbens, lo que hace que las personas dependan más de las cosas digitales.

Sobre este tema, el psicólogo colombiano Fernando Orduz, quien fue presidente de la Federación Psicoanalítica de América Latina (FEPAL), dijo: "Es complicado comprender por qué los jóvenes parecen distraídos con las pantallas, ya que los veo muy concentrados en sus juegos y poco interesados en los maestros o adultos, quienes no entienden lo que les interesa." No se puede ignorar los posibles problemas causados por estas tecnologías. Uno de los problemas más grandes está en la tendencia a querer todo de inmediato, a ir demasiado rápido, y en no valorar la calma y tomarse tiempo para reflexionar y postergar tareas.

“Cualquier exceso genera daños, eso decían los griegos. El problema de nuestra sociedad es la hybris, la desmesura. Nuestra sociedad está enferma de excesos y no mira la viga en su ojo sino la paja en el ojo de los jóvenes”, agregó Orduz.

Finalmente, desde un punto de vista cultural, Orduz ofreció una opinión crítica: "Internet y la pantalla son como otro mundo con un idioma y reglas propias." Los niños que usan pantallas para jugar también practican fútbol, van a la escuela, se abrazan y a veces discuten. Los árboles y los lagos están siendo menos frecuentes, pero la gente pasa más tiempo navegando en internet. Viven en dos mundos diferentes, y eso no debería ser visto como algo malo.

Efectos de usar demasiado las redes sociales en la salud mental de los jóvenes

El uso de las redes sociales es muy común entre los adolescentes. Según información del Departamento de Salud de los Estados Unidos, casi todos los jóvenes de 13 a 17 años utilizan alguna plataforma en línea, y más de un tercio dice que están conectados "casi todo el tiempo". Estas herramientas en línea tienen ventajas como ayudar a mantener amistades y permitir ser creativo, pero estudios recientes señalan los peligros de usarlas demasiado para la salud mental de las personas.

Un estudio de meta-análisis de 2023 publicado en la revista Addictive Behaviors, que revisó datos de 139 estudios realizados en 32 países, reveló que el uso problemático de redes sociales (PSMU, por sus siglas en inglés) está relacionado con síntomas como la depresión, la ansiedad y la baja autoestima. Este uso problemático se caracteriza por la incapacidad para controlar el tiempo dedicado a las redes, pensamientos obsesivos sobre estar en línea y una preferencia por la interacción virtual sobre las relaciones cara a cara.

Según Mariano Ruperthuz Honorato, presidente de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis: “Desde el psicoanálisis, las redes sociales no solo funcionan como un espejo en el que los adolescentes buscan reconocimiento, sino también como un espacio donde enfrentan conflictos internos, como la comparación constante y el miedo al rechazo. Esta dinámica puede alimentar una espiral de insatisfacción personal y refuerza patrones que dañan su autoestima”.

Por su parte, Fernando Orduz, psicoanalista y expresidente de FEPAL, apunta: “Es curioso cómo en un medio pensado para favorecer los nexos, los jóvenes pueden terminar aislándose más. Pero no sé si esto es causa o efecto. La sociedad del consumo fomenta el uso abusivo de cualquier objeto, y las redes sociales no son la excepción”. Además, Orduz reflexiona: “Los influencers son los nuevos sacerdotes de la era digital, y, como siempre, hay ídolos e idolatrías que capturan las mentes juveniles. Hoy los nuevos cristos con mensajes salvadores para la humanidad pululan en las redes, lo cual no deja de tener riesgos”.

El impacto en la calidad del sueño es otro de los problemas señalados por los estudios científicos. Según un informe del Cirujano General de los EE. UU. de 2023, las redes sociales no solo reducen la cantidad de horas dormidas, sino que también alteran los patrones de sueño debido a la exposición prolongada a la luz azul de las pantallas y la estimulación cognitiva asociada al contenido digital. Esto agrava los efectos negativos del uso excesivo de plataformas como Instagram, TikTok y Snapchat, exacerbando los niveles de ansiedad y depresión.

Orduz subraya un aspecto central en este debate: “No podemos medir todo con estadísticas y fórmulas. La obsesión por cuántas horas son ‘muchas’ horas frente a las pantallas o cuánta interacción es ‘poca’ interacción presencial, responde a una lógica pitagórica que olvida el contexto emocional y social de cada joven. Vivimos en una sociedad adicta a todo: al dinero, al trabajo, a las redes. Los jóvenes son solo un reflejo de ese funcionamiento”.

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