8 factores que pueden aumentar tu riesgo de enfermedad cardiaca

En los tiempos recientes, los especialistas han ampliado su perspectiva más allá del colesterol y la presión arterial al considerar los factores que contribuyen al riesgo de enfermedades cardíacas.

Actualidad11/11/2024Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Factores que pueden aumentar el riesgo cardíaco.

Desde hace mucho tiempo, los expertos en salud han tenido conocimiento de que la presión arterial alta, los niveles elevados de colesterol, la diabetes y el hábito de fumar incrementan la probabilidad de padecer enfermedades del corazón. Estos elementos suelen ser tomados en cuenta para evaluar el nivel de riesgo personal de los pacientes y guiar las sugerencias de tratamiento. Sin embargo, en tiempos recientes, los especialistas han comenzado a considerar de manera más holística los factores que contribuyen al riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Según Sadiya Khan, experta en cardiología preventiva en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, en los últimos cincuenta años ha habido una disminución en las tasas de mortalidad por infarto y derrame cerebral gracias a la reducción del consumo de tabaco y a la mejora en los tratamientos para el colesterol y la presión arterial. Sin embargo, diversos elementos ponen en peligro la posibilidad de disminuir o incluso revertir ese avance, como el incremento de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes, así como el aumento de casos de insuficiencia cardiaca.
Para celebrar estas transformaciones, el año pasado la Asociación Americana del Corazón lanzó una innovadora herramienta llamada PREVENT, la cual considera aspectos de salud metabólica y renal. Esta herramienta permite a los médicos anticipar no solo el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral, sino también el de padecer insuficiencia cardiaca.

Según Michael Nanna, cardiólogo intervencionista de la Facultad de Medicina de Yale, los factores de riesgo primordiales de enfermedades cardiovasculares no han experimentado cambios significativos. "Sin embargo, considero que se está tomando en cuenta una variedad más extensa de elementos de riesgo de lo que solíamos creer los cardiólogos de manera convencional".

Los grandes factores de riesgo siguen existiendo: La preocupación principal son las enfermedades que causan la acumulación de placas en las paredes internas de los vasos sanguíneos. A medida que las placas se expanden, reducen el espacio por donde la sangre puede circular, lo que puede provocar síntomas como dolor en el pecho. Conforme pasa el tiempo, las placas pueden soltarse y bloquear una arteria que transporta sangre al corazón o al cerebro, lo que puede resultar en un infarto o un derrame cerebral, según explicó Jeremy Sussman, docente adjunto de medicina interna en la Facultad de Medicina de la Universidad de Míchigan.

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El exceso de colesterol: el colesterol es un elemento fundamental en la formación de la placa. A pesar de que el colesterol es necesario para diversas funciones del cuerpo, como la síntesis de hormonas y vitaminas, un exceso de este puede depositarse en las arterias al unirse con grasa, calcio y otros elementos sanguíneos, formando placas. Khan, encargado del comité de la Asociación Americana del Corazón que creó la innovadora herramienta de evaluación de riesgos, explicó este proceso.

La presión arterial elevada puede causar daño a los vasos sanguíneos al obligarlos a endurecerse en lugar de mantener su flexibilidad natural. Según Khan, esto podría favorecer la formación de placa. La presión arterial elevada también pone una carga adicional en el corazón. Esto incrementa la posibilidad de padecer insuficiencia cardíaca, la cual ocurre cuando el músculo del corazón no logra impulsar la cantidad necesaria de sangre para cubrir las demandas de oxígeno y sangre del cuerpo.
La diabetes aumenta las posibilidades de sufrir niveles elevados o desequilibrados de colesterol y presión arterial alta. Además, tener diabetes junto con alguno de estos factores de riesgo adicionales incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, según Khan.

La edad se considera un factor que incrementa la probabilidad de padecer enfermedades cardíacas, ya que con el paso del tiempo se acumula el daño causado por el colesterol y la presión arterial en los vasos sanguíneos, explicó Sussman.

El hábito de fumar cigarrillos: Según Khan, fumar equivale a un proceso de envejecimiento acelerado. "Si mantienes el colesterol o la presión arterial en los mismos niveles, tus vasos sanguíneos lucirán en peores condiciones", expresó. Esto implica no solo un mayor depósito de placa, sino también incrementa la posibilidad de que la placa se desprendida y genere un coágulo en la sangre.

Los médicos señalaron que el tabaquismo también desencadena inflamación, un factor común presente en todos los riesgos asociados a enfermedades cardíacas. Cada vez hay más indicios de que la inflamación juega un papel crucial en la formación y rotura de las placas.

La mayoría de las personas suelen pensar que los hombres enfrentan un mayor riesgo en cuestiones de sexo, sin embargo, las enfermedades cardíacas también son la causa principal de fallecimiento en mujeres de Estados Unidos, cuyo riesgo suele incrementarse tras la menopausia.

La salud metabólica es vista como un aspecto crucial a tener en cuenta. Los elementos que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas raramente se presentan de manera individual. Khan comentó que la mayoría de las personas no solo padecen hipertensión o diabetes, sino que también pueden tener ambas afecciones al mismo tiempo.

Debido a la similitud entre las enfermedades del corazón, los riñones y el metabolismo, y sus causas compartidas, la Asociación Americana del Corazón creó el concepto "síndrome cardio-reno-metabólico" el año pasado para describir este grupo de afecciones interconectadas.

Según el informe que detalla el síndrome, un elemento crucial al inicio de su desarrollo es la acumulación excesiva y disfuncional de tejido graso, especialmente en la zona abdominal. Esto podría desencadenar inflamación, insensibilidad a la insulina y, eventualmente, diabetes, insuficiencia renal crónica y enfermedades cardíacas.

De ahí que la recién diseñada calculadora contemple información como el índice de masa corporal (una medida polémica pero ampliamente empleada para evaluar la obesidad) y la estimación de la tasa de filtración glomerular, la cual proporciona a los profesionales de la salud una idea de la eficiencia renal.

Además de eso, los doctores tienen la opción de emplear la hemoglobina A1C, que es un marcador del promedio de glucosa en la sangre durante un trimestre, y la relación albúmina-creatinina en la orina, que es una medida de la condición de tus riñones, para calcular de manera más detallada el riesgo en los pacientes con mayor probabilidad de complicaciones.

La etnia es relevante
Los afroamericanos en Estados Unidos enfrentan un mayor peligro de fallecer a causa de enfermedades cardiovasculares en comparación con los caucásicos. Según Khan, las personas de color suelen desarrollar hipertensión arterial y diabetes aproximadamente de cuatro a seis años antes que las personas blancas de su misma edad, y también tienen una mayor incidencia de enfermedad renal en etapas avanzadas. Según Nanna, los ciudadanos de ascendencia asiática del sur y los indígenas americanos presentan un mayor peligro de padecer enfermedades cardiovasculares.

A causa de estas disparidades, en el pasado una calculadora de riesgos empleaba fórmulas diferentes según la etnia de las personas, ya fueran blancas o negras. Históricamente, la falta de información detallada sobre grupos étnicos diversos impedía la creación de una categoría específica para ellos.
En su nueva calculadora de riesgo, la Asociación Americana del Corazón decidió no tomar en cuenta la raza como factor independiente. Según Khan, esto se llevó a cabo para destacar que la raza es una creación de la sociedad, no un elemento biológico. La importancia de la raza en relación con el riesgo de enfermedad cardiovascular sigue siendo relevante, según expresó. Sin embargo, al crear las ecuaciones de PREVENT, el comité observó que las diferencias raciales se manifestaban en otros aspectos de riesgo, y el modelo lograba predecir con precisión el riesgo en todas las comunidades raciales.

En un intento por identificar aspectos de "privación social" que puedan influir en la salud, la calculadora incorpora el código postal, considerando factores como los bajos ingresos o la falta de empleo.
Las calculadoras forman parte de la prevención, pero no son lo único importante.
El exceso de colesterol, la presión arterial alta, el sobrepeso y la diabetes son condiciones que pueden abordarse mediante la toma de medicamentos o modificaciones en el modo de vida, como incorporar una alimentación equilibrada y practicar actividad física. Dejar de fumar puede disminuir de manera considerable la probabilidad de sufrir un infarto o un evento cardiovascular.

“Sin duda queremos asegurarnos de que abordamos cualquier factor de riesgo que sea fácil de detectar”, dijo Nanna.

Algunos factores de riesgo, como el origen racial y los antecedentes familiares, están fuera del control de las personas, pero siguen siendo relevantes para las decisiones sobre el tratamiento, dijeron los médicos. Alguien que tenga antecedentes familiares significativos —un progenitor que haya sufrido un ataque cardíaco antes de los 50 años, o varios familiares cercanos con cardiopatías— puede justificar un examen más detenido o un tratamiento, aunque la puntuación de riesgo de esa persona sea baja, dijo Sussman.

Los estudios han revelado que la nueva calculadora estima el riesgo de enfermedad cardiaca de las personas aproximadamente un 50 por ciento más bajo, de media, que las calculadoras anteriores, lo que suscita la preocupación de que menos personas alcancen el umbral para que se les prescriba una estatina o un fármaco antihipertensivo. Pero Khan y otros dijeron que las calculadoras anteriores habían sobrestimado el riesgo porque se basaban en datos antiguos, de cuando las tasas de ataque cardíaco y de accidente cerebrovascular eran más elevadas, y señalaron que los umbrales para la medicación pueden cambiar a medida que se adopte la nueva herramienta.

Sea cual sea la calculadora utilizada, los médicos dijeron que necesitan obtener una imagen lo más clara posible del riesgo de cardiopatía y de los posibles beneficios del tratamiento para cualquier paciente. “Esperar a que la gente tenga esta enfermedad no va a ser nuestra solución”, dijo Khan. “Necesitamos prevención”.

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