Incidentes en Boca-Gimnasia: Riquelme debió intervenir para calmar a la barra xeneize

En la victoria de Boca sobre Gimnasia por penales, el presidente de Boca, Juan Román Riquelme, destacó por su papel protagónico. Aunque observaba el partido desde un palco en el Estadio Marcelo Bielsa, tuvo un papel crucial al contener a La 12 antes del inicio del segundo tiempo, impidiendo que los serios disturbios entre las barras desencadenaran una catástrofe.

Mientras los apasionados seguidores de Boca Juniors se desplazaban de la sección popular a la platea para entablar una pelea física con los aficionados de Gimnasia, el mandamás del equipo bajó a las gradas con el fin de apaciguar su enojo y prevenir una situación más grave. En el centro de la multitud, recibió gas lacrimógeno de parte de la Policía que buscaba convencer a los seguidores de Boca.

Después de una primera parte tranquila, en la que Boca se había adelantado 1-0 con un gol de cabeza de Aaron Anselmino, los equipos volvieron al campo de juego de Newell's para jugar la segunda mitad y determinar quién sería el siguiente semifinalista.
Sin embargo, los seguidores más fanáticos del equipo de La Plata empezaron a arrojar sillas contra la zona donde se encontraban los seguidores de Boca en las gradas. Inmediatamente después, destrozaron la puerta que dividía las gradas y luego violaron la barrera de protección que se había establecido para impedir enfrentamientos entre ambos grupos.

Informados de lo que ocurría a cierta distancia, un grupo numeroso de seguidores de La 12 traspasó las barreras de protección y avanzó a lo largo de la tribuna para enfrentarse a los aficionados rivales. La Policía optó por emplear balas de goma y gases lacrimógenos con el fin de dispersar a los alborotadores.

Conscientes de que sus seres queridos se encontraban en la zona de peligro, los deportistas se acercaron suplicando que no abrieran fuego. Matías Abaldo sorprendió al equipo de seguridad al lanzar una pelota como una señal de advertencia. En ese instante, Marcos Rojo y Luis Advíncula se esforzaban por apaciguar la pasión de los seguidores del equipo azul y oro.
No obstante, fue la acción decisiva de Juan Román Riquelme -quien ocupa la presidencia del equipo- junto a Raúl Cascini y Marcelo Delgado, miembros del Consejo de Fútbol, la que condujo a la progresiva solución del problema. Los tres cambiaron de ubicación, abandonando el palco para dirigirse a la platea. Atravesaron el humo de los gases lanzados por las fuerzas y se colocaron en la primera línea de acción con el objetivo de calmar los ánimos y prevenir un enfrentamiento que podría haber tenido consecuencias desastrosas.

De acuerdo con la narración de los testigos en el recinto deportivo, de no ser por la intervención de Riquelme, la situación habría empeorado considerablemente. En realidad, las barras habían comenzado a resguardar y vigilar con cuidado sus banderas cercanas para evitar que fueran sustraídas. Sin sufrir daños en la línea roja, el líder de Boca Juniors consiguió que la hinchada se retirara y apagó velozmente la controversia con sus colegas directivos.