El principio de revelación y la campaña permanente

Un gran colega y amigo me dijo algo preocupante. “No se si Milei quiere sacar el país adelante o tener razón”. Cuando dice “en 2025 les vamos a dar una paliza” parece una terrible pista de los peores temores de quienes votaron un cambio y se encontraron con más casta. 

El periodista Luis Gasulla hizo una editorial brillante y fulminante. En pocas palabras dijo que no vengan más con el cuento de la casta. Esto fue luego del escándalo en Senadores y su suba de sueldo de quién sin mucho éxito se quisieron despegar los libertarios.

PEGADOS

¿Por qué es tan difícil no caer en el ojo de la tormenta si el presidente aclaró que sus senadores no votaron el aumento? Porque Bruno Olivera de LLA firmó el proyecto y luego dijo que “se equivocó”, porque Ezequiel Atauche sabía que esto iba a pasar y no lo denunció y porque la mismísima vicepresidente Victoria Villarruel dijo que “fue un acuerdo de todos los bloques”.

No está mal que se suban lo que perciben. Está mal que usen la vara Adorni para pedirlo. La lógica la gana 3 y yo 1 no va. Sobre todo en el contexto argentino. Y la casta actuó como casta, pero es su naturaleza. Los que deberían actuar distinto no lo hicieron y, para colmo de males, utilizan esto políticamente. 

UNA CAMPAÑA QUE YA EMPEZÓ

Javier Milei repite constantemente que en 2025 va tener su mayoría. Algo que no es del todo factible aún haciendo una buena elección. Pero más allá de eso, Argentina agoniza. Es cierto que no por culpa de “Jamoncito”, pero el quiso ser el bombero del incendio más grande la historia con los pirómanos dando vueltas. No se puede quejar que le quieran tirar más nafta al fuego; incluso él a veces pareciera tirar más combustible a las llamas.

Por eso instruyó al hasta ahora ignoto (algunos aseguran que hasta para el presidente) Ezequiel Atauche a retrotraer el aumento mediante un proyecto de Ley. La pregunta sería ¿por qué suponen que va a haber un resultado distinto? Y la respuesta es que saben que no habrá un resultado distinto. Quieren usar el famoso “principio de revelación” del presidente para dejar expuesto a “los orcos”.

¿Existe algo más casta que usar los resortes institucionales del Senado para un supuesto beneficio electoral?

El presidente tiene muchos logros para enfocar una campaña propositiva. Eso te dicen muchos de sus economistas. Entonces podemos sacar dos conclusiones. O el presidente solo quería tener razón y por eso sigue peleando como cuando era un economista famoso, o los resultados no son tan buenos como nos dicen y esto es pirotecnia para estirar las malas noticias que nos dejó el gobierno anterior. 

En cualquier caso todo es grave. Es grave si Bruno Olivera firmó el proyecto para subirse el sueldo, porque representa una estafa electora, y lo es también si no se dio cuenta, pues no presenta idoneidad para el cargo. Y esto ya pasó antes, incluso con el escándalo de la resolución Cristina y el sueldo de Milei. 

El mundo es dinámico y dentro de esa dinámica Argentina es especial. Cambia todo en 6 meses y no cambia nada en 20 años. El presidente por momentos parece una persona brillante y por momentos alguien incapaz de manejar sus emociones. El está seguro que en un año puede alcanzar la mayoría parlamentaria y ahí sí, finalmente llevar su reforma del estado. Pero cabe preguntarse: ¿Tienen tiempos los argentinos de esperar otro año? ¿Tiene asegurada la elección Milei dentro de un año? ¿Llegará entera La Libertad Avanza? Las batallas intestinas entre las filas medias hacen dudar. ¿No le están dando demasiado tiempo al peronismo para reorganizarse? 

Las respuestas a todas esas preguntas solo podremos saberlas con el tiempo. Por último, hay que resaltar la peligrosidad del concepto del principio de revelación. Esto es lisa y llanamente decirle a todos que están con el gobierno o están en contra. Sin medias tintas, sin posibilidad de diálogo ni acercamientos a un pensar distinto. Y eso queridos libertarios, los acerca peligrosamente al kirchnerismo más puro.