Tensiones entre EE.UU. y Brasil: Aranceles, Derechos Humanos y la Batalla por la Libertad Digital

El mandatario estadounidense había amenazado a la mayor economía de Latinoamérica con esta medida como castigo por lo que ha calificado de “cacería de brujas” contra su aliado de extrema derecha, el ex presidente Jair Bolsonaro.

Política30 de julio de 2025 PeriodismoyPunto

El miércoles, la Casa Blanca anunció que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que implementa un arancel adicional del 40% sobre los productos brasileños, lo que eleva los aranceles comerciales totales al 50%. Según informó la Casa Blanca, estos nuevos aranceles entrarán en vigor en siete días. Sin embargo, la medida excluye varias de las principales exportaciones de Brasil, como aviones, jugo de naranja y energía, que permanecen libres de estos gravámenes.

Esta decisión llega después de que Trump amenazara con imponer estos aranceles el 9 de julio, en una carta dirigida al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. La base legal para esa amenaza inicialmente se sustentaba en una orden ejecutiva anterior, que se basaba en los desequilibrios comerciales entre ambos países. Sin embargo, en la práctica, Estados Unidos tuvo un superávit comercial de aproximadamente 6.800 millones de dólares con Brasil en el año pasado, según datos de la Oficina del Censo, lo que indica que la relación comercial bilateral es bastante equilibrada o incluso favorable para Brasil en términos de comercio.

Lo que realmente motivó la imposición de estos aranceles, según la Casa Blanca, fue una acusación de que las autoridades brasileñas han llevado a cabo una persecución política y han adoptado medidas que atentan contra los derechos humanos y la libertad de expresión. En particular, el comunicado señala al juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, a quien se le acusa de utilizar su posición para intimidar, censurar y enjuiciar a opositores políticos, incluyendo ciudadanos y residentes estadounidenses. La orden ejecutiva afirma que desde 2019, de Moraes ha emitido centenares de órdenes para censurar críticos políticos, ha impuesto multas considerables y ha amenazado con excluir a empresas estadounidenses del mercado brasileño. Además, se menciona que en al menos un caso, se congelaron activos de una compañía estadounidense en Brasil y que se han iniciado procesos penales contra estadounidenses y residentes en Estados Unidos por declaraciones realizadas fuera de Brasil, lo cual ha sido interpretado como una forma de persecución política y de uso de la justicia para fines políticos.

Este movimiento de la administración Trump refleja una postura más dura en temas de derechos humanos y libertades en Brasil, en línea con la narrativa de que las acciones del gobierno brasileño, en particular las relacionadas con el juez Moraes, representan una amenaza para los derechos fundamentales y la libertad de expresión. La medida también genera un debate sobre las implicaciones económicas y diplomáticas, dado que Brasil es un socio comercial importante para Estados Unidos.

En conclusión, esta decisión de imponer aranceles adicionales a Brasil forma parte de una estrategia que combina aspectos comerciales y políticos, y pone en evidencia las tensiones existentes en torno a la situación política y de derechos humanos en Brasil, además de reflejar la postura de la administración Trump respecto a estos temas.

 
 

 

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El gobierno de Estados Unidos, a través de la Casa Blanca, ha argumentado que las acciones del gobierno brasileño en materia de censura y control sobre las redes digitales están perjudicando directamente a las empresas tecnológicas estadounidenses. Según la Casa Blanca, estas prácticas han presionado a las empresas para que modifiquen sus políticas de contenido y entreguen datos sensibles de usuarios estadounidenses, lo cual compromete tanto sus operaciones comerciales como los principios de Washington en defensa de elecciones libres y derechos fundamentales.

En respuesta a estas preocupaciones, la administración Trump anunció medidas diplomáticas y de política exterior. Entre ellas, la revocación de visados estadounidenses a Alexandre de Moraes, juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil, así como a otros jueces de la Corte Suprema y a sus familiares inmediatos. La Casa Blanca explicó que esta decisión sigue la directiva “America First Policy”, que prioriza los intereses y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses en la política exterior. Además, el 28 de mayo de 2025, el secretario de Estado, Rubio, implementó restricciones de visado para individuos extranjeros implicados en acciones que censuren la libertad de expresión protegida por la ley estadounidense.

Estas medidas forman parte de una estrategia más amplia de la administración Trump, que busca apoyar a las empresas estadounidenses y defender los “derechos de libre expresión” como elementos centrales de su política internacional. La Casa Blanca también ha señalado que el uso de aranceles ha sido una herramienta previa en su política para responder a amenazas externas, y que las nuevas tarifas sobre Brasil buscan proteger la soberanía, la economía y los principios democráticos de Estados Unidos.

Todo esto ha aumentado la presión tanto en el ámbito comercial como diplomático entre ambos países, en un contexto de crecientes tensiones relacionadas con el uso de la censura, el control sobre las redes digitales y los derechos civiles y políticos. La situación refleja un enfrentamiento en torno a cómo se manejan los derechos humanos, la libertad de expresión y la soberanía digital en Brasil, y muestra la postura firme de Estados Unidos en defender sus intereses y los derechos de sus ciudadanos en el escenario internacional.

 

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