La millonaria vida de las hermanas Pombo, “socias” del ministro massista

En Pilar, la gente conoce muy bien a la familia Pombo. Claudia sería la líder, es concejal del partido peronista en ese Municipio y obtuvo su puesto por el Frente Renovador. La semana pasada dejó de ser la presidenta del Concejo Deliberante, todos conocen la razón.

Pombo está siendo investigada por su presunta participación en un caso de corrupción relacionado con las multas de tráfico, en el que también está implicado el ministro de Transporte de la provincia de Buenos Aires, Jorge D'Onofrio. Ya ha tenido problemas legales anteriormente. Hace algunos años, fue encontrada culpable de hacer cosas incorrectas mientras dirigía un Registro de Vehículos en San Miguel.

Según la decisión, Pombo habría tomado dinero que no le correspondía, cobrando por los trámites de vehículos como si fuera el Banco Provincia. Le dieron una sentencia de 2 años y medio en prisión y cinco años sin poder ocupar puestos públicos. A pesar de eso, los miembros del consejo de Pilar, incluidos los del partido PRO, la eligieron como Presidenta del Palacio Legislativo local. Esto ocurrió durante tres años seguidos, hasta que la semana pasada la removieron por el escándalo relacionado con el negocio de las multas por exceso de velocidad.

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Pombo y sus hermanos vivirían en una de las zonas más exclusivas del norte de Buenos Aires, donde Lázaro Báez estuvo bajo arresto domiciliario.

La casa grande tiene un ascensor y varios vehículos estacionados en la entrada. También es un criado. Pombo generalmente va acompañado de un conductor y, según lo que dice la Justicia, ha realizado varias inversiones en Málaga, España. El hermano de su madre, Héctor, viviría en una casa más sencilla que la suya, a unos 200 metros de distancia. Roxana es la tercera hija de la familia Pombo. También trabajó como concejal en Pilar. Con mucha suerte logró obtener buenos trabajos en el sector público y ascendió a ser el director de Control de Gestión Portuaria en la provincia.

Según los investigadores judiciales, el clan sería el grupo que utiliza parte del dinero obtenido ilegalmente por las multas. Claudia comparte en varias fotos de sus redes sociales sus nuevos proyectos en España. En una de ellas presume de sus compras lujosas, como una botella de champagne Lamborghini dorada que cuesta 500 dólares.

"En Pilar la conocemos muy bien. Su nivel de vida explotó de lujos cuando se hizo íntima del Ministro D´Onofrio. Nunca podría justificar su vida de millonaria, pero en algo tienen que gastar la plata", cuenta uno de los denunciantes y presidente de la Coalición Cívica del Partido, Matías Yofe.

Y agrega: "Recuerdo una vez que Pombo me envió a una interpósita persona para decirme que era mal negocio investigarla y denunciarla. Me dijeron siendo amigos de ellos me podía salvar la vida".

En Málaga, Pombo está pasando un buen rato con Mario Quattrocchi, quien es el jefe de un tribunal en La Plata y también trabaja en otro en San Isidro. Quatrocchi es uno de los seis jueces que deciden si se pagan o no las multas de tráfico, o cuánto dinero se debe pagar en cada caso. Les gusta que los llamen jueces, pero en realidad no lo son. Son trabajadores de oficina designados por el gobierno del Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires. En cambio, los jueces de faltas municipales son elegidos por los Concejos Deliberantes.

"Los Juzgados de Faltas de La Plata y San Isidro explican casi el 30% de todas las multas provinciales. Pero están casi todos entongados", indican desde la Justicia.

A Quatrocchi sería acompañado por los jueces Marcelo Peralta de Mar del Plata, Azul y Dolores; Alicia Parente de Junín con base en Chivilcoy; Gonzalo Hernán Vazquez Pol de Lomas de Zamora; y Miriam Viviana Roldán de Merlo. Por otro lado, según los investigadores, Jorge Vicente de Bahía Blanca parece ser el único que no tiene problemas ni irregularidades.