Las mil fugas del kirchnerismo

Análisis y Opinión12/01/2016 Sebastián Turtora
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Peligrosos criminales, torturadores, narcos y violadores se han escapado en la saliente gestión K. A raíz de la triple evasión y recaptura de los homicidas del crimen de General Rodríguez de Agosto de 2008, se intentó endilgar al nuevo gobierno de Macri una inoperancia a la hora de buscar fugitivos. Se pone otra vez en cuestionamiento las políticas carcelarias y la complicidad de las fuerzas de seguridad. Más allá de los errores en la intensa búsqueda sobre Martín Lanatta, C. Lanatta y Víctor Schillaci, el estado lamentable de las cárceles y los escapes fueron comunes en los últimos años.

Las historias de los hombres que todos buscan pero nadie encuentra. El juez designado por el ex – candidato a Presidente Daniel Scioli que dejó huir a un violador. Un policía gatillo fácil que desapareció con ayudita de migraciones. Un condenado por delitos de lesa humanidad que tiene información privilegiada para esquivar a la justicia.

Frase hecha pero certera, la realidad supera la ficción. Walter Brawton es contador y fue condenado a 40 años por violar a 7 mujeres en 2005, en el Oeste del Gran Buenos Aires. Después de 4 años de pesquisa, en 2009, el violador fue preso y sus víctimas coincidían: «que este hijo de puta no salga más». Sin embargo, Brawton buscó alguna excusa para recuperar la libertad y por qué no, volver a sus delitos. Con tan sólo el 20 por ciento de cumplimiento de su pena, comenzó a pedir ver a su madre enferma, y un juez le dio un permiso especial para hacerlo. La primeras salidas todo fue normal y Walter volvía al penal, hasta que jamás regresó. Fueron varias visitas a su «madre enferma» hasta que supuestamente logró «dormir» a un agente penitenciario que lo custodiaba dándole una empanada que tenía pastillas entre la carne picada. El carcelero fue detenido meses después imputado por complicidad y por presunta ayuda al delincuente. Nadie creyó en la empanada somnífera. Brawton continúa sin ser encontrado. El juez que firmó sus salidas transitorias es Humberto González, designado por el Poder Ejecutivo Bonaerense en 2010.

El ex cabo de la Policía Federal Martín Naredo parece salido de un guión del director de cine Quentin Tarantino. En un caso de gatillo fácil, fusiló a un joven en Enero de 2012 y antes de la lectura del veredicto que lo mandaría de por vida a prisión, pidió irse del recinto de Comodoro Py porque no estaba bien «anímicamente» . Nunca volvió. Así de fácil, así de risueño. La CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) informó que una hermana de Naredo trabajaba en la Dirección de Migraciones de Ezeiza. Este dato no pareció importar. Tampoco sirvió el complejo sistema de datos biométricos impulsado por el Gobierno de Cristina Kirchner en el registro de ingreso y egreso de ciudadanos.

Después de que en 2014 el Juez Federal Leandro Ríos ordenara la detención del Carlos Carvallo, ex-militar que cometió delitos de lesa humanidad durante última dictadura militar, comenzó el misterio. Nadie pudo saber de dónde se filtró la información que iban por él y logró tener tiempo y ventaja para eludir a la justicia. Sigue sin conocerse su paradero.

Muchos más. Además de Ibar Esteban Perez Corradi, el autor intelectual del crimen de General Rodríguez, también se busca a otros narcos. Es el caso del narcotraficante Carlos Fiordellino Celis, existe una recompensa de 100.000$ por algún dato que posibilite su captura. Otra evasión conocida fue en 2013, dónde 13 presos lograron salir del complejo penitenciario de Ezeiza.

El Presidente Mauricio Macri, que habló de más de 1000 prófugos que no fueron buscados por el kirchnerismo, deberá demostrar que puede derrotar la corrupción del sistema penitenciario, de lo contrario, miles de criminales seguirán libres navegando en la impunidad.

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