VIDA Y OBRA DE LIBERTAD LEBLANC

Cuando tenía un año perdió a su papá y su madre volvió a casarse. Su adolescencia la pasó en Trelew, en un colegio de monjas, del que fue expulsada en varias oportunidades por rebelde y desobediente. Ella y su madre se mudaron a Moreno, Buenos Aires y a los 17 años se casó con un empresario teatral, con el cual tuvo a su única hija.

El matrimonio solo duró dos años, su esposo era adicto a las drogas y Libertad, cansada de intentar ayudarlo sin conseguir nada, decidió tomar un poco de ropa, a su hija y su canario e irse de su casa. Si bien hubo intentos de su marido por volver, ella no lo hizo y salió adelante con su madre y su hija a pesar de pasarla mal muchas veces y hasta tener que vender sus joyas para vivir.

Comenzó su carrera con un golpe de efecto, segura de si misma y dueña de una personalidad avasallante, hizo de su cuerpo, belleza y talento su propia empresa. En los años 60 consiguió colarse en el festival de Cine de Venezuela. Estando en un hotel de Caracas, donde había varios periodistas entrevistando a las estrellas argentinas, Gilda Lousek y Graciela Borges, Libertad, vio su oportunidad, se quitó el vestido frente a todo el mundo y se tiró a la pileta. La prensa fue directo a ella, salió en las primeras planas de los diarios, y al poco tiempo le ofrecieron su primer buen contrato.

Su debut en cine fue en la película de 1958, “el primer beso”, protagonizada por la Adriana Bianco y Carlos Borsani. Su primer protagónico llegó en 1960 con “la flor del irupé”, junto a Luis Alarcón y Héctor Pellegrini. La película fue un éxito de taquilla e instaló a Libertad como una sex xymbol. Ella pidió que, en el afiche, destacaran la frase “protagonizada por la rival de Sarli”, obviamente no era cierto, entre Libertad y “la Coca”, nunca hubo tal rivalidad, pero el ojo para los negocios de Libertad era impresionante. Por esto tuvo un disgusto con Armando Bo, que la increpó por usar el nombre de Isabel, a lo que muy inteligentemente Libertad le contestó “Todavía que la publicito gratis, usted se queja”.

Libertal fue una mujer que se creó a sí misma, era fuerte y astuta, discutía con productores y directores. En las obras de teatro elegía desde vestuaristas hasta coreógrafos, no dejaba nada sin controlar. Era su propia representante, peleaba sus contratos, en los que ponía cláusulas como que ella elegiría al galán, y hasta la cesión a su favor, por parte del productor, de los derechos de las películas al menos en 5 países y por último se encargaba, de la distribución y promoción. Una vez un productor mexicano comentó que “Libertad cuando habla de negocios, tiene bigotes”.

A lo largo de sus más de 30 películas hizo géneros atrevidos, como thrillers, dramas y hasta películas de terror, como por ejemplo la interesante película que filmó en México en el año 1968, llamada, “la endemoniada”, donde personifica a una bruja que vuelve de la muerte. También podemos destacar la película “testigo para un crimen” de 1963, un interesante thriller donde se destaca junto a José Maria Langlais y Carlos Carella.

A fines de los 70 dejó de filmar y solo hizo algo de teatro y televisión. Con la fortuna que hizo, a pesar de haber perdido mucho dinero con “el rodrigazo”, compró propiedades en Argentina, España y Suiza, donde se instaló su hija junto a su familia. Libertad viviá un poco en cada lugar, pero quiso vivir su último tiempo en su país, padecía problemas renales y coronarios. 

Una neumonía se la llevó el 29 de abril del 2021, pero nos dejó sus obras y el ejemplo de una mujer que supo luchar contra viento y marea por sus sueños, abriéndose paso a los codazos en un mundo dominado como hombres como lo era el espectáculo en su época. Adelantada a su época su poco hacer de sí misma, su empresa y no quedarse sólo con su belleza física sino saber perfeccionarse y moldearse según lo necesitaba, sin dudas una GRANDE con todas las letras.