1945, A BORDO DEL ACORAZADO MISURI, JAPON FIRMA SU RENDICION, CON LO QUE TERMINA DE MANERA OFICIAL, LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.

La rendición del imperio japonés, fue proclamada por su emperador Hirohito, el 14 de agosto y ratificada un día como hoy 2 de septiembre.

02/09/2024 Ariel Lugo Ariel Lugo
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Tras la derrota de Alemania el 9 de mayo de 1945, a mano de los aliados y la Unión Soviética, la rendición del imperio de Japón, el 2 de septiembre, tras la firma de la declaración de postdam el 2 de agosto, se pondría fin a la segunda guerra mundial, y comenzaría la llamada guerra fría. 

El imperio de Japón fue establecido el 3 de enero de 1868 y se desplomaría 77 años más tarde de su establecimiento. El estado que fue gobernado por Tenno, se disolvería y el estado de Japón seria el establecido. La rendición fue uno de los puntos de inflexión en la historia del país, así como lo habían sido el establecimiento de la dinastía Tokugawa en 1603 y la restauración Meiji en 1869.

Un dato no menor es que, a partir de la rendición japonesa de 1945, se pasaría al sistema presidencial en el mundo, vale decir que esta derrota propició el sistema que se conoce hoy. Sería el colapso final de las potencias del eje, la cual se caracterizaba por la autocracia, por una persona o monarca y la victoria del sistema presidencial, llamado democracia o un sistema de partido único, oligarquía.

Es sumamente notorio que la mayoría de los estados que se establecerían después de 1945, adoptarían el sistema presidencial. Japón llegaba con significativas derrotas al momento, dejando a la armada imperial japonesa a la deriva, así lo hacía notar en diario de guerra del cuartel de Kyushu quien concluía diciendo, “ya no podemos dirigir la guerra, con ninguna esperanza de éxito, el único plan que nos queda es que los 100 millones de japoneses, sacrifiquen sus vidas cargando contra el enemigo, para hacerles perder la voluntad de combatir”. 

Los pilotos kamikazes japoneses estaban dispuestos a arrojar sus explosivos en la bahía antes de la firma de la rendición, nadie puede saber cuál hubiera sido la reacción de Gran Bretaña y Estados Unidos de llevarse a cabo los planes que tenían de proseguir la guerra mientras se estaba firmando la rendición.

A las 12 del mediodía se emitió el discurso de rendición del emperador de la nación, que decía, “a pesar que todos han dado lo mejor, la lucha valiente del ejército y de las fuerzas navales, la diligencia y dedicación de nuestros servidores del estado y el servicio devoto de nuestros cien millones de súbditos, la situación de la guerra, no se ha desarrollado necesariamente en provecho de Japón, mientras las tendencias generales del mundo se han vuelto contra su interés. Además, el enemigo, ha empezado a utilizar una nueva bomba, muy cruel, cuya capacidad de provocar daño, es realmente incalculable, provocando la muerte de muchas vidas inocentes. Si continuáramos luchando, no solo tendría como resultado el colapso y la destrucción de la nación japonesa, sino que también, conduciría a la completa extinción de la civilización humana. Las dificultades y sufrimientos a los que nuestra nación quedará sujeta a partir de ahora en adelante serian ciertamente enormes”. 

Tras la rendición, la Unión Soviética pretendía ocupar Hokkaido, sin embargo, a diferencia de las ocupaciones de los soviéticos en Alemania del este y Corea del norte, el presidente de los Estados Unidos, Truman, frustraría sus planes. Tras la rendición final el 2 de septiembre a borde del Missouri, comenzarían rápidamente las investigaciones sobre los crímenes de guerra japoneses, como la masacre de Nankin, experimentos en humanos y armas biológicas, uso de armas químicas, hambrunas, tortura de prisioneros de guerra, canibalismo, trabajo forzado y trata de mujeres para su explotación sexual. 

Si bien tras la reunión con el general Mc Arthur unos días después, el emperador Hirohito, se ofreció a asumir la culpa por dichos crímenes, sin embargo, su oferta seria rechazada y nunca seria procesado.  El general Mc Arthur poniendo punto final en aquel histórico día, terminaba diciendo en su discurso, “recemos para que a partir de ahora se restablezca la paz en el mundo y que dios la preserve para siempre, este acto ha concluido”, dando fin así a la segunda guerra mundial. 

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