NO TAN DISTINTOS || Capitulo 1 || La batalla cultural de los populistas de manual

En 15 capítulos entraré en el psicodélico viaje de entender las aristas de la lógica que rodea el fenómeno Milei, que ya excede largamente a su propia persona.

Análisis y Opinión 15/05/2024 Alejandro Cabrera Alejandro Cabrera
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Murray Rothbard ídolo de Milei y planificador de la ultraderecha populista

Es difícil precisar con exactitud cuándo llegó a la televisión Javier Milei. Probablemente haya sido en 2015 en un Hora Clave conducido por Pablo Rossi. Allí el actual presidente dijo “no seré conocido como economista, pero sí como rockstar”. Vaya paradoja. Primero porque justamente la escuela de economía que tanto defiende el “peluca” es un tanto marginal. Estamos hablando de la Escuela Austríaca de Economía. Segundo porque al día de hoy este gobierno pone los supuestos logros económicos por encima de todo, como si fuese lo único importante. Por ende, ¿quién nos gobierna el economista o el rockstar?

DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA

Durante mucho tiempo el movimiento libertario uso la receta populista para asentarse en la realidad social argentina. Apoyados en otros movimientos mundiales como el trumpismo, el bolsonarismo o VOX. Tenían la ventaja que las grandes autocracias de la historia del mundo habían sido socialistas (Estalinismo y Maoismo) y las de la actualidad de lo son (Chavismo y Castrismo). Sin embargo, evitaban quirúrgicamente hablar de peronismo ni de franquismo. 

Con gran caradurez se la ingeniaron para utilizar al fascismo y al Nacional Socialismo (Nazismo) como la misma cosa que los regímenes autocráticos comunistas. Tal vez fueron igual de terribles, pero es imposible negar que en la Segunda guerra mundial Stálin y Hitler combatieron hasta la muerte.  Un revuelto gramajo de ideologías . Simplificaron la compleja historia del Siglo XX tanto a nivel mundial como a nivel nacional. Todo es LA CASTA. Todo de Yrigoyen para acá era la decadencia. Todo era, desde el 2015 para acá, un período previo a un estallido que finalmente nunca llegó. Pero la cuestión económica vamos a verla más adelante en otros capítulos.

Es preciso arrancar por el principio y como en muchos casos, el final es el comienzo. En una reciente nota escribí que Milei gobierna como Hayek, habla como Rothbard y se sienta con Márquez. Vamos a tratar de explicar esto. 

Friedrich Hayek escribió la obra maestra “Camino de Servidumbre” como respuesta al nazismo. Allí expone una libertad de mercado lógica. Pragmática. No dogmática ni mucho menos doctrinaria. Todavía el New Deal no había hecho mella en los pensadores liberales y no se habían convertidos en libertarios. En las idas y vueltas de las traducciones, se dice que para los anglosajones el término liberal es un socialista. Eso es como decir que el peronista es de izquierda. Es simplemente no entender las dinámicas de la política o usarlas para su propio beneficio intelectual.

Si tomamos al ídolo de Milei, Murray Rothbard, el mismo Hayek sería un liberal por no ser libertario y si hablamos de Márquez, Hayek sería un zurdo emputecido por hablar de libertades que van mucho más allá de la economía. 

Antonio Gramsci y Murray Rothbard fueron para la izquierda y para la derecha los ideólogos del populismo. Peor aún, Rothbard le “robó” a Gramsci y a Alexander Berkman muchas de las ideas por cuestioens de temporalidad el marxista y el anarquista habían escrito mucho tiempo antes.

Por eso en este capítulo introductorio vamos a comenzar por el final de los intelectuales favoritos de Milei uno que estuvo en el escenario cuando ganó y otro que estuvo sentado con él largas horas para hacer su “biografía”. 

Hablamos de Nicolás Márquez y Agustín Laje. Personajes con cierta relevancia en el mundo editorial, fuerte presencia en las redes y que construyeron su poder a través de predicar su “batalla cultural” contra “la nueva izquierda” y la Agenda 2030. 

¿LA REVOLUCIÓN QUE NO VIMOS VENIR?

Nicolás Márquez escribió una panfletaria biografía del presidente Milei (¿a qué época nos recuerda esto?) prologada por su amigo e intelectual de cabecera presidencial Agustín Laje. En dicho texto preliminar Laje se encarga de hablar de la batalla cultural que había que librar frente a la izquierda moldeada por Gramsci, el marxista italiano que instauró el término hegemonía. Y es cierto, en la época kirchnerista, la hegemonía era distinta. Antes el término de moda era “facho”. Y es probable que Milei haya tenido que ver en ese cambio de paradigma. Pero lógicamente no fue el único y claramente el periodismo que tanto denosta hoy Milei fue el primero que se le planto al kirchnerismo. 

Pero para Laje “Miliei empieza con la voluntad de influir en la decadencia cultural que luego decanta en la decadencia económica”. Raro para alguien que hacía obra de teatros, gritaba a los cuatro vientos que nunca sería político y todas las cosas que ya sabemos. Para mí, Milei quería y quiere tener razón, no era su afán influir en la cultura, eso simplemente pasó. Y así suele ser en la historia, cuando alguien quiere alterarla no suele tener éxito, los procesos históricos tienen sus dinámicas partiuculares.

Laje también cita a Hayek: “Un economista que solo sepa de economía es un peligro para la sociedad”, y yo realmente me pregunto si Javier Milei sabe realmente de algo más que no sea de economía. Hasta explica de manera economicista las cuestiones más irrisorias. Es difícil encontrarle algún otro argumento que no sea el económico a Milei como profesional. 

Luego obviamente hace un pasaje por la culpabilidad de la guerrilla en la dictadura de los años 70 la cuál prácticamente salen a reivindicar. Punto y aparte es la etapa menemista. Presidente y vicepresidente coinciden en los 70, pero tienen una pelea que va traer repercusiones pronto sobre Carlos Menem. Si no vean el tweet de Victoria Villarruel mientras MIlei hablaba loas de Menem. 

Voy a cerrar rápido el capítulo de los 70 porque no hace falta repetir de vuelta que los militares cuando llegaron tenían prácticamente una guerrilla totalmente acabada por el gobierno peronista y por la AAA. Lo que pasa que al peronismo moderno y a los libertarios les queda bien hablar de que hubo una guerra.

En definitiva, Agustín Laje habla una y otra vez de la batalla cultural. Que no es ni más ni menos que plantar un enemigo adelante y decir que tu forma de ver el mundo es mejor. Que ya pasó el tiempo de los zurdos y llegó el de los fachos. Bueno estimado Agustín. La batalla cultural es otra cosa.

Carlos Nino en su libro “un país al margen de la ley” nos explica claramente cuál es la batalla que tenemos que dar, y es salir de la anomia boba en la que vivimos hace muchísimo tiempo. Si criticar una política del gobierno te convierte en kirchnerista, si decir que el índice de inflación genera que te manden al psicólogo, si decir que los militares cometieron crímenes de lesa humanidad te convierte en guerrillero, lo lamento mis amigos libertarios, pero estamos nada más ni nada menos que frente a populistas de manual. 

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