Ayer a las 09:15 de la mañana, el Ford Mondeo del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, llegó a la humilde casa de la familia de Abigail Jiménez en Termas de Río Honda.
Lo hizo acompañado por su chofer y de los policías de civil que lo escoltaban en otros dos coches. Carmen y Diego, padres de la niña que no dejaban ingresar a su provincia por las insólitas medidas impuestas por los gobernadores argentinos, se sorprendieron con su llegada.
No es el primer contacto de Zamora con la niña que provocó, con su llanto y la imagen de su padre cargándola a upa por 5 kilómetros, el peor momento de la gestión política de un dirigente que maneja la provincia con mano de hierro.
Familiares y vecinos se amontonaron por la presencia del mandatario.
En diálogo con El Termeño, medio local que sigue la actualidad de lo sucedido, Carmen dijo que se sintió: “sorprendida» y que «que vino a pedirle disculpas a mi hija, y se puso a disposición de nosotros por la salud de mi hija. Y nosotros también le dimos las gracias por su apoyo”.
Tras los aprietes del intendente de Termas al padre de Abigail y los entredichos entre la familia y el poder político, la grieta parece haberse cerrado. Zamora habría entendido que pelearse con la familia era una batalla perdida tras la nacionalización del escándalo.
DiariodeSantiago recordó el caso de una falsa tía de la familia que ofreció declaraciones en los medios provinciales para respaldar a Zamora. La mujer resultó ser una puntera del intendente de Termas.
Bajezas de la política argentina.
El estado de salud de Abigail, después de horas críticas, parece estabilizado.
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Este tipo es un descarado. Deje deshacer política…. gobernador (señor que queda muy grande). Las cosas se hacen antes y no tiempo después. Es un cara rota
Luis Gasulla como siempre en la tecla